(ESPECIAL)
La música clásica es un gran acompañamiento para el desarrollo de los niños desde que están en el vientre, pues produce sensaciones que ayudan al cerebro a reducir ansiedad, insomnio y hasta dolor en un momento dado, se mejora la memoria a corto plazo, el rendimiento escolar y desarrollo intelectual más rápido. ¿Por cuál empezar? Compartimos las piezas más famosos y algunas compuestas de fábulas.
Pedro y el Lobo
Esta composición sinfónica de Serguéi Prokófiev es una historia para niños, con música y texto adaptado por él, con un narrador acompañado por la orquesta, donde cada personaje tiene asignado un instrumento y un tema musical.
En 1935 Natalya Sats y el teatro central infantil de Moscú encargaron al compositor una nueva sinfonía musical para niños, con la intención de cultivar el gusto musical en ellos desde los primeros años de escuela. Tuvo gran aceptación que hasta Disney hizo la película.
El carnaval de los animales
Esta suite musical de 14 movimientos del compositor romántico francés Camille Saint-Saëns que se inspiró durante unas vacaciones en un pequeño pueblo austriaco en febrero de 1886. El compositor planteó esta obra como broma para un día de carnaval, Aparecen leones, gallinas, tortugas, canguros, burros y varios animales más, y tiene toques de buen humor por aquí y por allá.
La flauta mágica
De lo más conocido de Wolfgang Amadeus Mozart con un libreto en alemán de Emanuel Schikaneder. Es la última ópera escenificada en vida del compositor y estrenada en el Freihaus-Theater auf der Wieden de Viena, el 30 de septiembre de 1791 bajo la dirección del propio Mozart, apenas dos meses antes de su muerte.
Sinfonía de los juguetes
Se mezclan instrumentos tradicionales con la participación de algunos juguetes como una trompeta y un tambor de hojalata, unos silbatos que reproducen el canto de los pájaros, una matraca y un triángulo, que en aquella época estaba todavía admitido en las bandas pero no en la orquesta. Mucho tiempo la autoría de esta obra fue atribuida a Leopold Mozart papá de Wolfgang Amadeus, pero finalmente se atribuyó a Edmund Angerer.
El cascanueces
Este cuento de hadas de dos actos compuesto por Piotr Ilich Chaikovski entre 1891 y 1892 antes de su estreno seleccionó ocho de los números del ballet formando la Suite ‘El cascanueces op. 71a’, concebida para tocar en concierto. Se tocó bajo la dirección del compositor el 19 de marzo de 1892, con ocasión de una reunión de la sección de la Sociedad Musical en San Petersburgo y cosechó gran éxito desde el principio, aunque el ballet completo no logró su gran popularidad hasta los años sesenta.
Las cuatro estaciones
Es el título de un libro de cuatro conciertos para violín y orquesta (La primavera, El verano, El otoño y El invierno) del compositor italiano Antonio Vivaldi. Se trata de una obra descriptiva que evoca a través de elementos de lenguaje musical, distintos aspectos de las estaciones del año. Es muy famosa en todo el mundo y no hay niño que no disfrute bailándola en el salón de casa.