Los seguidores santistas se congregaron en el estadio Corona para celebrar un nuevo triunfo del equipo de casa.
El futbol es una fiesta. Ayer, en el estadio Corona, miles de aficionados llenaron de vida la casa invicta del Guerrero; seis triunfos y dos empates es el saldo de lo que va hasta hoy del Apertura 2018.
La preocupación para el partido de ayer rondaba sobre el tema de la seguridad; hace poco más de un mes, en Monterrey, aficionados de Rayados dejaron al borde de la muerte a un seguidor del equipo rival.
En la Comarca Lagunera, para el encuentro de anoche, se montó un operativo especial de seguridad apoyado en las tres instancias de Gobierno, aunque con un hermetismo atípico por parte de las autoridades en torno al tema.
Un camión con aficionados venidos de la Sultana del Norte ingresó al Territorio Santos Modelo. Uno solo, a diferencia de torneos anteriores. Y la zona destinada a la afición visitante no mostró el colorido de otras jornadas. Incluso, el desánimo le llegó pronto a los visitantes, de los cuales tres terminaron remitidos ante las autoridades por una bronca "entre ellos".
Del lado albiverde, la celebración comenzó al minuto 30 del segundo tiempo, cuando los esfuerzos de Rayados topaban una y otra vez con la muralla albiverde.
Santos suma ya 14 partidos del Apertura 2018 con por lo menos un gol a favor; no recibir gol la noche de ayer fue suficiente para batir a uno de los rivales más "odiados", y de paso brincar de nuevo al primer lugar de la clasificación... por ahora.
Es el minuto 30 del segundo tiempo y los aficionados sacan la luz de sus teléfonos móviles, la mitad de ellos le han adherido un celofán verde para dar un efecto de casa.
Dos minutos cantando y la euforia toma un receso, luego vuelve el grito del campeón al 35.
El efímero festejo de una segunda anotación confunde a los presentes y en la tribuna norte, David grita entusiasmado: "sí sirvió", haciendo alusión al celofán verde de los celulares. Solo es una ilusión; el marcador sigue 1-0.
Minuto 40, la euforia renace en el Corona, las luces, los gritos de aliento, jugadores en el pasto y un minuto 45 que parece interminable para los Guerreros.
Los Rayados se han ido con todo al frente, buscando llevarse algo del Corona. Un último tiro de esquina y el remate se va por arriba del travesaño.
César Ramos silba; el campeón lo ha hecho de nuevo. Los jugadores agradecen a la tribuna, su sudor ha dado resultados favorables.
Y poco a poco se desaloja la casa de los Guerreros; entre la multitud albiverde, no son pocas las manchas de azul y blanco que se mezclan con el con los de casa, pero todo marcha en paz; el futbol está intacto, la fiesta puede continuar.