Cada pequeño tiene terapia individual y grupal y es valorado por un médico especialista antes de ingresar a la guardería.
Tratamiento adecuado ayuda a los menores a que puedan desenvolverse en un ambiente “normal”
Al esperar una nueva vida, muchas madres piensan que sus hijos nacerán en buen estado de salud; sin embargo, en una minoría pequeños nacen con problemas de motricidad y Síndrome de Down. Pocos de ellos, por miedo de los padres, no llegan a tener una educación especial para desarrollarse en un ambiente en donde no los discriminen.
En la Guardería Integradora del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) atienden a 18 niños especiales, quienes son hijos de madres trabajadoras y que no tienen en ocasiones el apoyo de otra persona que los cuide o que les dé el tratamiento adecuado para que puedan desenvolverse en un ambiente “normal”.
Desafortunadamente, hay ocasiones en que por los mismos miedos los padres no llevan a estos pequeños a centros especiales para ayudarlos a sacarlos de los problemas motrices, y esto retrasa su aprendizaje.
En este caso, la Guardería Integradora del IMSS tiene espacio para 50 niños especiales, y están a la espera de recibir a otros más para que tengan la atención necesaria y se puedan integrar junto con los demás pequeños que no cuentan con discapacidad.
Todas las historias de vida de cada pequeño tienen momentos de sufrimiento y de alegría, pero también llenan de satisfacción a los padres cuando se ven los avances de los tratamientos.
HISTORIAS
Roberto apenas tiene un año de edad, y nació con Síndrome de Down. Su madre labora en una tienda de autoservicio, y llevó al pequeño a los pocos días de nacido para que lo cuidaran y le dieran el tratamiento adecuado mientras ella trabaja.
La directora de esta guardería, Aidé Palacios Moncayo, comentó que las piernas del pequeño Roberto son débiles por lo que a través de ejercicios el menor ahora se puede sentar y doblar sus extremidades.
Los menores atendidos tienen problemas de motricidad, Síndrome de Down, son niños con reflujo y pequeños que padecen problemas de epilepsia, además de déficit de atención y autistas.
Recalcó que la guardería solamente les ayuda a incrementar sus habilidades y a integrarlos con niños que no son especiales.
Cada uno de los niños tiene terapia individual y grupal, además de clase de Educación Física con un maestro que reúne en el patio a todos los niños de área regular como de especial.
Roberto presentó una excelente mejoría después de un año, ya que el niño no se sentaba y ahora lo están rehabilitando para que pueda caminar.
GRUPOS
Los grupos de la guardería son cuatro, pero debido a que son pocos los niños que se tienen, solamente están divididos en tres salones y cada maestra atiende a cuatro pequeños. Ellos se encuentran separados según sus capacidades.
En el primer salón se encuentra Roberto junto con Vale y Mateo, que tienen también Síndrome de Down.
Las maestras a esta edad tienen que darles estimulaciones para que se puedan mover y articular sus primeras palabras.
En el segundo salón se encontraban Paola, Dorian y Omar, las dos primeras con Síndrome de Down, y el niño con problemas de autismo.
El trabajo de las maestras ha sido arduo, debido a que los niños al principio no se integraban a las actividades, por lo que el hecho de que se encontraran sentados y realizando alguna manualidad es un gran logro.
A estos tres pequeños les gusta la clase de Educación Física, y siguen con atención las indicaciones que el maestro les da, como brincar, correr, gritar, aplaudir, entre otras cosas.
Paola es quien sigue más las indicaciones de su maestro, pues hace los ejercicios como un niño regular, mientras que Dorian se la pasa “nadando” por el piso, en tanto que Omar simplemente corre por todo el patio.
Como se indica, todos tienen terapia individual; sin embargo, la Directora señaló que es mejor buscar un tratamiento para que refuercen los ejercicios que han aprendido en la guardería.
Algunos de ellos son llevados al Centro de Rehabilitación y Educación Especial (CREE), por lo que tienen avances considerables, como es el caso de Jesús, quien se encuentra en el tercer salón de esta guardería.
Jesús se ubica en esta área junto con Vale, quien fue la primera en ingresar a la institución y que, según comenta su maestra, solamente decía “no” y cuando veía a alguna persona, lloraba.
Ahora la pequeña Vale, de tres años de edad, sabe distinguir los colores, camina, convive con todos sus compañeros, además de que es participativa.
Los materiales que utilizan para las terapias y manualidades que se hacen dentro de la guardería son proporcionados por la institución.
Las pequeñas con Síndrome de Down forman el grupo de tambores en los homenajes a la bandera, y pronto llevarán el lábaro patrio.
RECURSOS
Los recursos de que se dispone en la guardería son necesarios para 50 niños, pero desafortunadamente les ha faltado difusión, y solamente se tienen 18 pequeños, además de que están por ingresar otros seis.
La Directora manifestó que en caso de incrementar la matrícula de los menores, contratarán a las educadoras y especialistas necesarias para atenderlos.
Las especialistas son terapeutas en comunicación, psicomotricidad y estimulación temprana.
Recientemente acaban de integrar a dos niños al nivel de preescolar, y salieron con las herramientas necesarias para ser tratados como menores “normales” que cuentan con todas las facultades para aprender y superarse en la vida.
Cabe mencionar que además de las terapias que reciben los niños, también hay una escuela para padres, en donde se exhorta a éstos a reforzar los ejercicios en casa.
Especialistas
La guardería cuenta con especialistas para llevar a cabo los ejercicios a niños especiales.
-Terapeutas en comunicación.
-Terapeutas en psicomotricidad.
-Estimulación temprana.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
