Cómo detectar el sobreentrenamiento
Para la mayoría de los corredores, el hecho de que un descanso y recuperación adecuados son la clave para obtener buenos resultados es muy conocido. Sin embargo, esta información parece no estar presente en quienes practican este deporte como hobby.
Algunas personas ignoran los primeros síntomas de cansancio y sobreentrenamiento, sobre todo en las épocas en las que los entrenamientos dan buenos resultados. Usualmente se busca aumentar la intensidad de los ejercicios en vez de bajarla.
Correr brinda sentimientos de felicidad y euforia, lo que hace que este hobby sea tan atractivo y a la vez tan peligroso, si se lleva al extremo.
Mucha gente tiene dificultad a la hora de distinguir entre lo que es “mucho” y lo que es “demasiado” para el cuerpo. Después de una sesión larga e intensa es normal tener síntomas de fatiga hasta cierto punto, a veces, incluso, te alegrará sentirlos, porque son señal de haber entrenado bien… ¿Pero sabes cómo distinguirlos?
A continuación enlistaremos algunos síntomas. Si has notado cinco o más síntomas, es recomendable que dejes de entrenar al menos diez días. También convendría optimizar tu plan de entrenamiento con periodos de recuperación y plantearte si deberías bajar el nivel de intensidad durante un tiempo.
1.-Dolor muscular prolongado
2.- Recuperación más lenta y menos completa
3.- Piernas pesadas y cansadas
4.- Fatiga persistente
5.- Mal humor e irritabilidad
6.- Estados de ánimo depresivos
7.- Pérdida de motivación
8.- Cambios en el apetito (más o menos)
9.- Estancamiento o disminución del rendimiento
10.- Problemas para dormir
11.- Aumento de la necesidad de sueño
12.- Aumento de la frecuencia cardíaca en reposo
Existen rutinas con ejercicios de recuperación, que te ayudarán a reducir las molestias provocadas por el exceso de entrenamiento. Aunque de no notar ninguna mejora en tu condición física, te recomendamos ir al médico.
Los síntomas de fatiga no debes tomártelos a la ligera: cuando el cuerpo está cansado, las probabilidades de sufrir alguna lesión son mucho más elevadas. Y, por consecuencia, tener una lesión supone dejar de entrenar durante un periodo más largo de tiempo que el que dedicarías a recuperarte de vez en cuando.