Museo del automóvil. Porsche lanzó un espacio en donde muestra todos los autos. (ARCHIVO)
Existen museos de automóviles alrededor del mundo. En ellos, piezas únicas se preservan para la posteridad en condiciones prístinas, con humedad y temperatura monitoreadas a la perfección, acceso limitado y guardias que preservan la integridad de los vehículos. ¿Pero dónde está la diversión en ello?
Hace 7 décadas, Porsche lanzó el 356 y así inició la leyenda de una marca que tiene por objetivo el goce de la velocidad. Conmemorando este aniversario de titanio, la marca organizó la gran fiesta del evento Rennsport, en su sexta edición. Este festival, que inició en 2001, reúne a más de 80 mil entusiastas en una exhibición masiva, festejando el gusto por el deporte motor en sus distintas facetas.
En Laguna Seca lo primero que sorprende es el número de vehículos Porsche presentes. En esta edición se dieron cita más de 2 mil 500 unidades de la firma, y algunos de sus propietarios acuden preparados con garajes completos en remolques, dedicados al pasatiempo de correr.
Los entusiastas que llegan a bordo de autos propios son encaminados a distintos "corrales" según su modelo, con lo que en estos confinamientos pueden conocer a otros entusiastas, contemplar ejemplares del mismo producto en distintos años y apreciar el trabajo de la restauración o la falta de ésta, pues un porcentaje de entusiastas se rehúsa a repintar su vehículo y exhiben con orgullo el desgaste, las picaduras de grava en la parte frontal y las zonas de pintura desgastada por el paso del tiempo.
Otro aspecto interesante del Rennsport es que los modelos de colección son exhibidos en modo estático, pero, además, son llevados al legendario trazado de Laguna Seca a recorrer el asfalto a velocidad plena. Es un gusto a los sentidos y una sorpresa ver, escuchar y olfatear ejemplares como 356, 993, Carrera y prototipos de LeMans mientras realizan vueltas de exhibición y copas trofeo históricas en los tres kilómetros y medio de fino asfalto.
Los despistes ocasionales y las descomposturas no le quitan la calma a ninguno de los asistentes, por lo que vemos pasar unidades de valor millonario a más de 200 kilómetros por hora.
Durante el evento, las personalidades están a la orden del día, y a cada paso podemos encontrarnos y cruzar palabra con ganadores de las 24 Horas de LeMans como Jackie Ickx, Mark Webber o Timo Bernhard, pero la estrella del evento es Wolfgang Porsche, nieto del fundador de la marca y afable como un vecino más en una comunidad feliz. Sin aspavientos, guardias ni poses, el ingeniero saluda a quien se le acerca, como el dueño de alguna modesta factoría.
Y es que este evento acerca a jóvenes y viejos como ningún otro. Uno de los aparentemente octogenarios pilotos llegó a abordar su 904 apoyado en andador, y una vez asegurado al asiento y concedido su acceso a la pista, tomaba las curvas como si fuese un veinteañero. Todos por igual compartiendo el gusto por la velocidad.
Celebrando a lo grande. La marca aprovechó este evento para presentar una nueva edición del legendario 935 cuya versión original viera la luz en 1978 y que debe su cetácea denominación a la silueta de su aerodinámica, además del color blanco base. Esta nueva encarnación está propulsada por un motor 6 cilindros biturbo acomodo bóxer, produce 700 caballos de potencia, tiene un icónico precio de 701 mil 948 euros (referenciando el año de la fundación de la marca) y está limitada a 77 unidades. Sin embargo, no está homologado para ser conducido en vías públicas, por lo que sus exclusivos poseedores lo gozarán en trazados deportivos únicamente, además de festivales, exhibiciones y cocheras-templo dedicadas a su grandeza. Se distingue por sus vivos en los colores del patrocinador Martini Racing con franjas azul reflex, cyan y rojo sobre cuerpo blanco.
Cómo ser parte de la velocidad. En caso de visitar uno de estos eventos es necesario preparar los recorridos, porque hay tanto para ver que el tiempo puede perderse irremediablemente. Visitar la gran carpa será ocasión para toda la vida, pues bajo un mismo techo podremos ver prototipos ganadores de LeMans, campeones de distintas categorías y reliquias de cada década de la trayectoria de la marca. Rodeándolos, los remolques-garage nos permiten atestiguar los ajustes que los aguerridos propietarios hacen antes de entrar al trazado.
El stand histórico de Porsche permite comprender el trabajo y estrategia que la restauración implica, mientras que los corrales son ocasión de contemplar las distintas obras rodantes de cada restaurador, sobre las cuales ostentan las insignias de honor: los medallones adosados a la parrilla de ventilación, conmemorando reuniones y copas previas. La marca ofrece también distintas actividades para amenizar el festival, como conciertos y mesas redondas, que complacen lo mismo a los sentidos que al intelecto.
Si usted es propietario Porsche, entusiasta de la marca o simplemente disfruta de observar, escuchar y olfatear estas piezas legendarias, no queda más que sugerir que inicie con tiempo su planificación para asistir a la siguiente instancia de este evento y lo experimente de primera mano. ¿La fecha? Ni la marca misma lo sabe en este momento, pues según comentan entusiastas y pilotos, se organiza en lapsos de aproximadamente cada 3 a 6 años, ya que Porsche se repone del enorme costo que representa esta fiesta. Hay tiempo, y vale la pena. ¿O es que tenía algo más importante agendado para el otoño de 2021?
