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La casa con el número 50…

… en la avenida Sarabia Sur de Lerdo, Durango cuya fachada está muy deteriorada, fue declarada por el INAH monumento histórico. Su dueño, en vida entonces, intentó venderla. Al no lograrlo, quiso reconstruirla, hacerle mejoras, etcétera y a todo le pusieron trabas, dizque por la declaratoria.

Nadie la alquilaba por las condiciones en que se encontraba. Su dueño falleció y la sucesión decidió ponerla en venta. De pronto, las trabas desaparecieron y encontró un comprador solvente: nuestra alcaldesa.

La compró por un precio de dos millones y medio. Entregó un millón y medio a cuenta, quedando pendiente de pago otro millón. En este momento, hay un letrero que dice litigio.

Quizá por eso no aparece como propietaria todavía, en el Registro Público de la Propiedad. Si usted tiene interés en saber las causales del litigio, cuestión de revisar con alguna de las partes el expediente 905 en el Juzgado Civil de Gómez Palacio, Durango.

Lamentablemente, mientras no se arregle el pleito judicial, no habrá interés en mejorar la imagen de la propiedad citada y situada en la mejor entrada de Lerdo, que es la avenida Sarabia en el Centro Histórico.

Sería más vivible nuestra ciudad, además, si nuestro director de Tránsito colocará en puntos fijos de la urbe a sus agentes. Sugiero la calle Chihuahua, que por ser entrada y salida, tiene un tráfico de vehículos intenso y no hay un solo agente que lo controle.

Otro tema: se nos viene a los lerdenses el Festival Revueltas. Habrá mucha alegría, ¡claro que costará algunos millones!, pero qué importa, tendremos panem et circens (pan y circo).

Mtro. Juan de Dios Castro Lozano

Lerdo, Dgo.

***

Adolescentes muy vulnerables emocionalmente

Los adolescentes de esta generación son muy vulnerables emocionalmente, hasta el punto de que se derrumban ante cualquier contrariedad. La psiquiatra Lori Gottlieb afirma que son indecisos y miedosos; en un riguroso estudio comprobó que el problema proviene de padres demasiado pendientes y apegados a sus hijos, que, al protegerlos excesivamente, no les dan la oportunidad de afrontar las dificultades por sí mismos y de desarrollar así la tolerancia a la frustración y la resiliencia. Estos padres hicieron sentirse a sus hijos muy “especiales” y “únicos”, infundiéndoles un sentido exagerado del “yo” que les eximía del esfuerzo.

Barry Schwartz, psicólogo del Swartmore College en EU afirma que hoy los padres tienen miedo al sufrimiento de los hijos. Para que no sufran les sobreprotegen y miman en exceso. Crean así el “Síndrome del niño consentido”, con un nivel de tolerancia a la frustración muy bajo, debido a que no pueden soportar una negación o que se les contradiga.

Los niños consentidos crecen con una falsa autoestima. La falta de “entrenamiento” en afrontar dificultades por sí mismos les hace inseguros y desvalidos. No son capaces de adaptarse positivamente a situaciones adversas: carecen de resiliencia, un término tomado de la resistencia de los materiales que se doblan sin romperse para recuperar la situación o forma original.

Enric Barrull Casals

Girona, España.

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