Al borde del abismo
Caminando entre la densa bruma que da la desmedida información de hechos y publicación de rumores en medios electrónicos y digitales, los mexicanos, a medida que se acerca el día “D”, en que habremos de votar por un presidente, diputados y senadores, y en algunos casos hasta para gobernadores y alcaldes, nos sentimos abrumados por el peso de la responsabilidad, angustiados por la indecisión y por el temor de un inminente fraude electoral orquestado por el partido en el poder, y por las consecuencias que pudieren surgir de las muy posibles impugnaciones.
Cada día que pasa, en las redes sociales, principalmente en sitios de youtubers, bloggers y vloggers, más que en los medios impresos y electrónicos (prensa, radio y tv.) se vierte información acerca de hechos y dichos políticos, pasados y presentes, que influyen en los receptores de estos medios, aclarando o sembrando dudas acerca de la honorabilidad e integridad o el descrédito y mediocridad de tal o cual político. El resultado de tal avalancha de datos es, en algunos casos, de confusión; y en otros, de solidificación de convicciones o por el contrario: el resquebrajamiento y derrumbe de la estructura ideológica y el consecuente el cambio de bando ¿A quién creerle, cuando todos dicen tener pruebas de lo que afirman?
Lo mejor, es tomarnos el tiempo para hacer un análisis brutalmente honesto acerca de nuestra realidad como ciudadanos, y evaluar la congruencia de los dichos con los hechos en una situación determinada; o dicho de otra manera, analizar un aspecto determinado de nuestra vida personal y del bienestar común; por ejemplo en materia económica, en seguridad pública, en libertades consagradas por la Carta Magna, en cumplimiento de derechos humanos, etc. y preguntarnos: ¿Cuál ha sido el avance (o retroceso) con respecto a otros sexenios? ¿Cuánto hemos avanzado en principios democráticos como la igualdad y la equidad de género? ¿En qué medida han funcionado o fracasado los proyectos emprendidos por el gobierno federal? ¿Cuántas promesas hechas por el actual mandatario estatal, siendo candidato, se han cumplido? ¿En qué medida, las reformas estructurales implementadas por el gobierno federal han respondido a las expectativas generadas, y correspondido a los propósitos específicos que les dieron origen?
No vayamos tan lejos, los mexicanos estaremos contentos con el gobierno cuando éste cumpla su función primordial para la que ha sido creado: la creación de circunstancias favorables para la satisfacción de las necesidades básicas de sus gobernantes: Fuentes de empleo, salud, seguridad, vías y medios de comunicación… en resumen: el acceso a una vida digna. ¿La tenemos? ¡No! El gobierno federal mintió con alevosía, traicionando con sus mentiras, corrupción e impunidad al pueblo mexicano. Dijo que la reforma energética bajaría el costo de las gasolinas y el gas de uso doméstico; pero como lo temíamos, todo resultó al revés, y hoy por hoy, México es el país con los mayores precios de energéticos, pues el costo de las gasolinas en este sexenio se ha incrementado en un 60 %. El desmantelamiento de Pemex, iniciado por el ex presidente Salinas se ha acelerado, y pareciera que la consigna de la élite política es servir a los intereses de la oligarquía, mediante un sistema neoliberal que ha empobrecido a millones de mexicanos. ¡Y todo se lo debemos al PRI! o ¿sería mejor decir, al PRIAN? Saber quiénes han sido los responsables de esta debacle económica pareciera irrelevante; pero no lo es, pues de ignorarlo seguiremos en la disyuntiva de continuar por este rumbo hacia la desaparición de la clase media y aumentar la clase baja o de cambiar nuestro destino; porque lo único cierto es que el modelo económico impuesto por el régimen actual obedece a intereses ajenos a la nación, en perjuicio de ésta. ¡Y todavía, Meade, cínicamente afirma que México le debe al PRI! ¡Qué desfachatez!
Vivir una situación en la que priva el descontento social, y ver la desbandada de miles de militantes de un partido a otro, genera, quiérase o no, una situación de incertidumbre, de inquietud, de temor; es, por lo que pudiera resultar en estas elecciones de 2018, como vivir al borde del abismo.
Héctor García Pérez
Comarca Lagunera
