Columnas la Laguna

METÁFORA CIUDADANA

DIGNIDAD ANTE LA INDIGNIDAD

DR. LUIS ALBERTO VÁZQUEZ ÁLVAREZ PH.D.

"Si no hay justicia para el pueblo, que no haya paz para los corruptos".

Emiliano Zapata:

(Paráfrasis)

El llamado "principio de No Maleficencia" o "Regla del doble efecto" se refiere a la realización de un acto voluntario que busca un efecto positivo, pero que, al mismo tiempo, atrae uno negativo. Se afrontan situaciones conflictivas en las que sólo es posible conseguir un bien, más o menos necesario, causando un mal que no se desea, pero se acepta. Se llama así porque los efectos multidimensionales y simultáneos de un mismo acto, conllevan a situaciones contradictorias: sin embargo, debe entenderse que no todos los actos que permitan o causen un daño, son de hecho moralmente malos, siempre y cuando intervenga una «razón proporcionada» que haga que el daño aceptado logre un beneficio mayor que no podría existir sin el mal ocasionado.

Cuando de una acción bien intencionada se ocasiona simultáneamente un bien y un mal, estamos refiriéndonos al principio de doble efecto, que es ético en sí, y no infiere nunca que el fin justifique los medios. Es válido siempre que la acción de la que resulta el mal sea en sí misma buena y que la intención del agente sea recta, justa sin buscar intencionalmente el efecto malo y que haya una razón proporcionalmente grave para permitir el posible efecto malo.

La decisión de una inmensa mayoría de las organizaciones de la sociedad civil de todo el estado de Coahuila para no participar en la propuesta de candidatos al Consejo Estatal Anticorrupción, no es un acto banal; tiene un gran sentido político y sobre todo ciudadano: "No prestarse a ser juguete de la envilecida oligarquía local que busca configurar una institución que nace de la putrefacción que justamente se quiere erradicar". Hay que poner los hechos en la balanza de la honestidad y de ahí, analizar la realidad social y política; para luego tomar un curso de acción. No hay que olvidar enfocar los aspectos más importantes en el momento histórico que se vive en Coahuila y no confundir esa decisión con los resultados aparentemente legales, estos pueden estar más allá de lo que se espera en el campo de lo ético y de lo legítimo.

Muchas personas honestas han cuestionado esta postura y es muy justificable su crítica; precisamente por su honorabilidad; pero les invitaría a realizar una análisis frío de la situación: será una "Comisión" de muy dudosa honorabilidad quien realice las designaciones; más suponiendo sin conceder que dentro de ella hubiera un Lot; es decir una persona honesta y proba; vámonos dos: un Lot y un Noé; los otros miembros son títeres del gobierno, consejeros de paja que no actúan con libertad, solo responden a los mandatos del sátrapa; prefieren regalos que latigazos. Entonces ¿a dónde irían o irán, (puede haber algunos), los candidatos auténticamente honorables?: ¿a rumiar su coraje cuando sepan que los designados son monigotes del clan dominante? Es más: si el Papa Francisco fuese candidato, también sería él rechazado; imaginemos pues a un mortal coahuilense honesto al que seguramente buscarían comprar y en caso de no conseguirlo, asolarlo y destruirlo o, en el mejor de los casos, ignorarlo.

Cierto es que los corruptos se solazan con esta negativa a participar, pero engordarles el caldo sería engañar al ciudadano recto; dejemos que festejen su efímero triunfo, pronto la sociedad verá cambiar el negro panorama que estamos viviendo hoy.

Tal vez, y sólo tal vez, hubiera valido la pena que algunas personas honestas se inscribieran como candidatas al Consejo Ciudadano del Sistema Estatal Anticorrupción, para contrastar a los candidatos oficiales, aun con la plena, absoluta e inviable certeza de que serían rechazadas por ese mortal defecto, pero podrían portar altivos esa herida, cubrirla con oro y mostrarla orgullosamente a todos los ciudadanos. Aún es válido hacerlo, tal vez en el INE que pronto abrirá sus candidaturas a consejeros electorales haya quienes lo hagan; ya veremos que ocurre ahí.

Así pues, hoy las OSC→ s civiles intachables y cabales se despojan de su fachada de ingenuidad y resurge, fulgurante, su rostro de dignidad; la congruencia es fundamental aun y cuando se pueda suponer que hay un mal en no participar, el bien tutelado con la negativa es mayor; permite mantener en pie de lucha lo que parece imposible; ayuda a disipar dudas sobre la honestidad en la designación amañada que se ha dado tanto en el fiscal anticorrupción como en la comisión que designa y, por lo que se infiere, sucederá igualmente con el consejo que se está publicitando.

Decía Lenin que es mejor dar un paso atrás para luego empujar hacia adelante que dar dos adelante y luego retroceder al fango. Yo festejo la decisión de esas organizaciones pudorosas y les felicito por su irreprochable gesto de honorabilidad. Vamos por la significación del coahuilenses; vamos a enderezar las velas hacía la libertad; ya soplan vientos de honestidad y tenemos que alcanzar el amanecer antes de que la tormenta no arredre; continuar la lucha en la calle, en lo intelectual, haciendo equipo con las personas que creen que aún podemos tener una sociedad decente, todo ello es muy plausible. Sigamos el ejemplo nacional de "Fiscalía que sirva" y admiremos el triunfo logrado por la sociedad civil del no pase automático del procurador peñista a "fiscal carnal". Escuchemos al Papa Francisco quien nos invita a que: "No nos dejemos robar la esperanza".

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Escrito en: Metáfora ciudadana

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