La yompa desde los ciompi

La vi cubriendo la corpulencia de Diego Rivera; también identificando a militantes del partido comunista y de otras organizaciones de izquierda y hasta masificando a los presos en la película Tiempos modernos.

Los oídos calcan en la conciencia palabras que, por una razón u otra, se le fijan de modo indeleble. Son vocablos que se acuñan con causa siempre inquietada por su secuencia de fonemas, por su articulación de morfemas, por su sonoridad significante sin remedio asociada a su significado.

Así me pasa con “yompa”, palabra desdeñada por los diccionarios y que se encuentra con variantes gráficas aun en grandísimos escritores de literatura. Yompa, para mí, es una palabra instalada en lo más entrañable a causa de una anécdota protagonizada por mi madre.

Mucho antes de que la mezclilla azul fuera preferida para la ropa de la clase media, los pobres usaban indumentaria de esa ruda tela por durable y barata. Entre el atuendo azul y rudo se contaban unos chaquetones preferidos por obreros y campesinos. En mi infancia, a mediados del siglo XX, los llamaban yompas.

Mi madre, en una asamblea de padres de familia de escuela de barrio proletario (la primaria federal Felipe Carrillo Puerto), propuso que a los niños que terminarían la primaria, si sus padres no les podían comprar un saco azul para la fiesta de fin de cursos, al menos les compraran una yompa.

La proposición de doña Pime (Epigmenia Carrillo) fue motivo de discusión, enojos y burlas. Por qué. Porque la yompa era y es una chamarra o corto sobretodo de mezclilla azul, principalmente de uso en el pueblo y especialmente entre campesinos y trabajadores ferrocarrileros de aceitera y estopa.

Con el paso de los años la vi cubriendo la corpulencia de Diego Rivera; también identificando a militantes del partido comunista y de otras organizaciones de izquierda y hasta masificando a los presos en la película Tiempos modernos, cuando Chaplin cae a la cárcel por encabezar involuntariamente una marcha izquierdista.

El caso es que siempre quiero asociar la palabra yompa y su significado con un hecho histórico muy importante, la revuelta de los ciompi, quienes tomaron el poder en Florencia, Italia, entre 1378 y 1380. Esa acción de las masas desposeídas en el filo del Renacimiento italiano les enseñó que podían reclamar y conquistar derechos laborales y sociales.

Ciompi, que en italiano se pronuncia chiompi habría derivado a chiompa y luego perdería la i para ser chompa (como es usual en Sudamérica) y yompa, como se nombra en México a esa chamarra de mezclilla azul, larga y tosca con grandes bolsas de parche en la falda y en el pecho. Quizás así habrá sucedido con Pinoccio, que habría derivado a Pinochio y luego a Pinocho.

Como se ve, me gusta pensar que la palabra yompa viene del italiano ciompi. Con este término nombraban en Florencia a campesinos que emigraban a las ciudades (a Florencia, por ejemplo) para trabajar como obreros en las fábricas de telas. Una vez así proletarizados, el significado de ciompi era, según un cronista de la época, grasiento, sucio, maloliente, mal vestido.

Detengámonos en esta última característica para pensar que, por metonimia o por esas sinrazones de los hablantes, los andrajos de los ciompi devendrían chiompa-chompa-yompa. Por lo demás, algún cronista y algún historiador dan como otra característica de los ciompi que sus manos, sucias por los tintes, parecían siempre azules (azules como la mezclilla típica).

La yompa, chaquetón de mezclilla azul como las manos de los ciompi, fue parte del atuendo de la militancia izquierdista en el México de mediados del siglo XX. Ahora me pregunto si los compañeros sabrían entonces que los ciompi de manos azules fueron los primeros obreros revolucionarios. Si no, qué sugestiva coincidencia la de unos proletarios del siglo XIV intentando una revolución y los izquierdistas mexicanos, ataviados con sus yompas, organizando gente para la revolución marxista.