Poseedora de una inconfundible voz de contralto, la cantante británica Kathleen Ferrier, quien destacó por la musicalidad de sus versiones de óperas como La violación de Lucrecia, de Benjamin Britten, es recordada a 105 años de su nacimiento, ocurrido el 22 de abril de 1902 en Lancashire, Inglaterra.
En el libro Voces, de Gonzalo Badenes, se señala que Kathleen Ferrier nació predestinada para la música; su padre era director de una escuela, tenía voz de Bajo y cantaba en el coro de ópera para aficionados. Cuando Kathleen tenía 18 meses la familia se trasladó a Blackburn, donde tomó sus primeras clases de piano, siendo niña.
La difícil situación económica de su familia impulsó a la cantante a trabajar como telefonista en la oficina local de correos, actividad que combinaba con sus clases de piano y su participación en el coro de la iglesia.
Estudió canto y piano con J. E. Hutchinson y con Roy Henderson. Su carrera como cantante comenzó en 1937, cuando tenía 25 años de edad, más tarde de lo habitual, incluso para una voz de tesitura grave como la suya, señala el portal www.mcnbiografias.com.
Al principio se centró en el campo del oratorio, y así continuó durante la primera mitad de 1940. Durante esta época, la cantante formó parte de la plantilla habitual del Bach Choir de Londres, una agrupación coral con la que dio conciertos por toda Inglaterra antes de que el músico Benjamin Britten la escuchara y decidiera convocarla para hacer una audición en su propia casa.
Después de esta prueba, Britten y su libretista, Ronald Duncan, se pusieron de acuerdo para dedicarle el papel de Lucretia, la protagonista de la ópera The rape of Lucretia (La violación de Lucrecia), que la cantante estrenó en el festival inglés de Glyndebourne, en 1946, con un éxito considerable que no solamente se debió a sus cualidades vocales, sino también, según los testimonios de la época, a su expresividad sobre el escenario.
Un año despúes Kathleen Ferrier volvió a Glyndebourne para interpretar el personaje de Orfeo, de la ópera Orfeo y Euridice, del compositor Christoph Willibald Glück. Estos fueron los dos únicos papeles que la contralto interpretó sobre un escenario, si bien continuaba con su actividad como cantante de oratorio.
De acuerdo con sus biógrafos, es probable que, si hubiera vivido un poco más, hubiera podido enfrentarse a otro tipo de personajes dramáticos, si bien, ni su voz ni la espiritualidad de su temperamento coinciden con los requisitos de potencia y con la particular expresión y dramatismo que suelen asociarse con la interpretación operística.
Actualmente solo existen escasas grabaciones de su voz, las cuales confirman que esta contralto parece haber sido lo contrario al prototipo de una diva operística.
Entre sus interpretaciones más memorables, dejando aparte los dos personajes operísticos que interpretó sobre el escenario, destacan su versión de Das Lied von der Erde (La canción de la Tierra), de Gustav Mahler, así como el papel del Ángel en el oratorio The dream of Gerontius (El sueño de Geroncio), del compositor Edward Elgar.
Kathleen Ferrier falleció a los 41 años de edad, el 8 de octubre de 1953, tras luchar durante algún tiempo contra el cáncer.
