Diez puntos importantes para propiciar la construcción de una personalidad sana durante la infancia
Una de las tareas de la educación infantil es la de buscar la manera de posibilitar el descubrimiento y construcción de la propia personalidad (Secretaria de Educación Publica, SEP, 2004). Aunque el ser humano en etapa formativa no tenga el propósito de construir una personalidad, ésta será conformada de acuerdo a las características genéticas, autoconcepto, vivencias e interpretación de ellas, es decir, la personalidad será constituida independientemente de nuestra intención, por lo tanto, todos tenemos una personalidad.
Esta personalidad no descubierta, sino construida, fue directamente influida por las primeras experiencias dentro del seno familiar. Un ejemplo encontrado en SEP (2005) señala que "el niño cuya madre propicie el aprendizaje del nombre de los objetos va a pensar de una forma distinta a la de aquel cuya madre exprese órdenes escuetas y no platique con su hijo. El primer niño no sólo va a tener un vocabulario más extenso, sino que va a pensar con otras categorías y va a usar el lenguaje de una forma distinta" (Luria, 1979; Rogoff, Malkin y Gilbride, 1984). Otro caso encontrado en el mismo documento asegura que "(i)nvestigadores rusos han descubierto que los niños criados en orfanatos no tienen el nivel de habilidades de planeación y autorregulación que los niños criados en una familia (Sloutsky, 1991)". Por lo tanto, las experiencias de los niños durante la primera infancia, principalmente aquellas vinculadas con sus padres, serán elementos fundamentales de su identidad, autoconcepto, autoestima y personalidad. Entonces, se vuelve faena de los padres de familia promover en su hijo la construcción de una personalidad que potencie todas sus capacidades intelectuales y emocionales. Pero, ¿qué actitudes de los padres pueden influir en la edificación de una personalidad saludable?
A continuación, presento diez actitudes de padres efectivos citadas en el Manual de Escuela para Padres de la SEP 2015 (p. 21):
1. Los padres efectivos aman a sus hijos y los proveen de un ambiente estable y seguro.
2. Los padres efectivos promueven el respeto mutuo.
3. Los padres efectivos controlan el uso de los medios de comunicación de sus hijos.
4. Los padres efectivos enseñan con su ejemplo.
5. Los padres efectivos enseñan directamente por medio de la explicación
6. Los padres efectivos utilizan el cuestionamiento para promover el pensamiento moral de sus hijos.
7. Los padres efectivos dan a sus hijos verdaderas responsabilidades.
8. Los padres efectivos ayudan a sus hijos a proponerse metas.
9. Los padres efectivos son maduros y equilibrados en su disciplina.
10. Los padres efectivos fomentan el desarrollo espiritual de sus hijos.
Estas diez acciones posibilitarán que el niño desde temprana edad comience un proceso de equilibrio entre sus necesidades, capacidades, responsabilidades, y deseos, de acuerdo a los valores y creencias familiares y de la sociedad en la que interactúa. Así, la construcción de una personalidad armónica y estable conducirá a un desenvolvimiento integral tendiente a una vida satisfactoria y feliz.
En las columnas subsecuentes, explicaré y brindaré ejemplos de cómo cada uno de los diez puntos antes mencionados influye directamente en la conformación de una personalidad positiva en los niños. Espéralas.
