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¿Un milagro que cura todo?

Los productos “frontera” y sus peligros latentes

¿Un milagro que cura todo?

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Cristina Garza

Es temprano por la mañana y Sara se dispone a tomar su almuerzo, duda si debe de comerse aquel pan de dulce que tanto le gusta, en ese momento se pregunta a sí misma “¿por qué con tanto avance médico, aún no han podido inventar unas pastillas para quitar el hambre y de paso bajar de peso?”. Se sienta frente a la computadora y buscando dietas encuentra la promoción de ese tratamiento que tanto había deseado que existiera. Lo mejor de todo es que funciona para cualquier caso y le permitirá cambiar por completo su figura en unos cuantos días.

Además, es a base de hierbas y por lo tanto no es un “medicamento” que realmente pueda tener repercusiones en su salud, o al menos así lo piensa ella.

Grandes investigadores y años de estudios en ese momento fueron desechados, y parece imposible que mejor nuestros antepasados con su corto alcance supieran el por qué del universo antes que nosotros.

Pero solo existen dos desenlaces para la historia de Sara, el primero de ellos es que sí logrará bajar de peso, pero solo gracias a que acompañó su mágico tratamiento con un cambio de hábitos que incluye una alimentación más saludable y su activación física.

El otro final es que Sara no notará ningún cambio, puede llegar a sentirse menos saludable que antes e incluso puede experimentar algún efecto secundario como insomnio, dolor abdominal o hasta alteraciones en el hígado.

Todos hemos sido Sara en algún momento y que sencillo sería que existieran unas pastillas que hicieran desaparecer los males más frecuentes de la población, pero desgraciadamente la realidad es que la salud se procura y la única forma de llegar a atacar un padecimiento es por medio de la ciencia médica.

El mercado del engaño en potencia

De acuerdo a un análisis de mercado de Euromonitor International, la industria de los suplementos en el 2014 tenía un valor global de 52,128 millones de dólares.

Tan solo en México, la empresa especializada en investigación de opinión pública Demotecnia, desvelo que el 15 por ciento de los mexicanos con teléfono en casa, compraron al menos una vez en su vida algún producto “milagro” o “frontera” anunciado por televisión.

Es así que la industria de los suplementos alimenticios en México alcanzó un valor de 10,940 millones de pesos, de acuerdo a USANA, una empresa que produce productos nutricionales.

Esta situación promovió a la industria de los suplementos como una gran oportunidad de negocio tanto para los inversores como para el público en general, lo cual ha dado pie para considerar a México como el paraíso de los productos milagro.

Los productos milagro o frontera

Para que un fármaco de patente llegue a las manos de un consumidor es necesario que haya pasado por un proceso meticuloso de aproximadamente 10 años.

Se le somete a pruebas de calidad y seguridad en una primera fase de prueba en animales, ya en la fase clínica, se observan los efectos directamente en voluntarios humanos. Resulta imprescindible detectar sus efectos, cómo lo absorbe el organismo, cómo lo elimina, evaluar las dosis y discernir sobre las contradicciones. Una vez realizado el proceso se puede solicitar el registro sanitario, siempre y cuando los resultados de los años de estudio los avalen.

Los productos “milagro” o “frontera” son aquellos que exaltan en su publicidad, una o varias cualidades terapéuticas, preventivas, rehabilitadoras o curativas, que pueden ir desde cuestiones estéticas hasta la solución de problemas graves de salud, así los define la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).

Se ofrecen en presentaciones como pastillas, pomadas, parches, geles, cremas, bebidas, aparatos y hasta prendas de vestir. Es muy sencillo identificarlos, principalmente por su composición; en este caso los que se ingieren están hechos a base de plantas o sustancias de origen natural.

Dichos productos incumplen con la legislación mexicana vigente, ya que cruzan el margen del rubro en el que originalmente deberían de estar clasificados y su publicidad no cumple con la normatividad.

Un ejemplo es la NOM-008-SSA3-2010, que indica que para el tratamiento integral del sobrepeso y la obesidad, la disminución del mismo debe ser supervisada por un profesional y “queda estrictamente prohibido iniciar tratamientos o productos que promuevan la pérdida acelerada de más de un kilogramo por semana”. Esta norma también hace referencia a la pérdida de peso no controlada, la cual puede generar un riesgo en la salud de la población.

Este organismo elaboró desde el 2010, 613 informes de verificación publicitaria, de los cuales 307 pertenecen al tema de los productos milagro.

Según la licenciada Brenda Yadira Méndez Cruz, responsable de la mesa del Control Sanitario de la Publicidad en de Jurisdicción Sanitaria No. VI., las distintas áreas que integran a la Subsecretaría de Regulación y Fomento Sanitario trabajan en coordinación para tener lograr un mejor control y tratamiento se estos productos.

“Ante una alerta sanitaria que emita la Cofepris sobre publicidad irregular, se realiza un operativo con el objetivo llevar a cabo verificaciones sanitarias en los establecimientos (…) en caso de encontrar una irregularidad, se procede al aseguramiento de los mismos”, explica Méndez Cruz.

No obstante, a pesar de que la Cofepris es la primera responsable de actuar en el control de los productos frontera, también el Consejo de Autoregulación y Ética Publicitaria tiene un papel importante que cumplir.

Es gracias a la publicidad, que esta industria se ha fortalecido y ha adquirido más adeptos con el pasar de los años.

La clave del sistema

La publicidad de los productos frontera se contrapone a lo establecido en la Ley General de Salud, sus reglamentos y sus normas. Por medio de la mercadotecnia, la población es más susceptible a crearse un juicio erróneo sobre el uso de dichos productos, ya que utilizan tácticas para convencer al cliente de la inocuidad del “milagro”.

Cualquier producto que se atribuya características terapéuticas para combatir o tratar un padecimiento, patología, o que promueva la disminución de peso no controlada, debe contar con una autorización sanitaria. La gran mayoría de los productos milagro no llega a obtenerlo ya que no tiene las bases científicas que avalen sus propiedades.

Desgraciadamente al detectarse una irregularidad, en necesario seguir un proceso, en el que mientras se litiga en contra del producto, las empresas cambian de razón social y lo siguen distribuyendo.

De acuerdo a Brenda Méndez Cruz, para que se le pueda entregar una notificación al distribuidor o establecimiento del producto, en necesario que cuenten con una dirección; la mayoría no la proporciona ni en el producto ni en su publicidad.

En caso de que alguno de los solicitantes llegará a obtener la autorización, su permiso publicitario dependerá de que en sus anuncios se cumplan ciertos lineamientos, entre los que destacan la forma de publicitar el producto, la inserción de la cédula profesional y el número de autorización otorgado por la Cofepris.

Las acciones de esta dependencia antes mencionada van desde la vigilancia hasta el decomiso, sin embargo la publicidad engañosa sigue trabajando en los medios de comunicación formales e informales

con alta efectividad.

La vigilancia sanitaria que realiza la Jurisdicción Sanitaria No. VI, siempre está activa para proteger a la población de los mensajes que promueven productos de riesgo. Con el monitoreo de publicidad la instancia detecta información falsa y desorientada, que puede ser indicio de un fraude a la salud o de conductas riesgosas para la población.

¡Reconócelos!

Los productos milagro o frontera no son difíciles de detectar, por el contrario llegan a ofrecer tantas maravillas que inclusive como consumidores nos podemos llegar a cuestionar si en realidad cumplen con lo que prometen.

Una de las directrices que nos proporciona la Jurisdicción Sanitaria es una frase que ellos han utilizado en sus campañas de concientización: “Recuerda que lo que sirve para todo, no sirve para nada”.

En la medicina clínica o tradicional cada uno de los fármacos o medicamentos está dirigido a tratar algún padecimiento, son pocos los que llegan a funcionar con efectividad para más de uno.

Es por eso que cuando nos encontramos con tratamientos que dicen curar enfermedades crónicas como diabetes y cáncer (que aún no tienen cura), nuestra primera reacción deberá ser la duda.

Otro indicio va a ser su empeño por convencerte de que el producto es natural, “que te digan que es 100 por ciento natural no lo hace que sea seguro para tu salud, sabemos que hay algunas plantas con alguna toxicidad”, puntualiza Méndez Cruz, responsable de la mesa del Control Sanitario de la Publicidad en de Jurisdicción Sanitaria No. VI.

Otra señal de alerta es que no cuente con permisos de la Secretaría de Salud, y en este punto hay que recordar que si el producto no cuenta con ellos, se hace más difícil la protección del usuario ante sus efectos adversos.

Responsabilidad de quien lo recomienda y usa

Imaginemos ahora que Sara se come ese pan del que tanto tenía antojo, ella sabe que las consecuencias se verán reflejadas en su peso y aún así decide consumirlo.

Lo mismo sucede con los productos milagro, una vez que tengas esta información sabrás a que te enfrentas al adquirir la “maravilla”. Pero sí aún piensas que si no funciona no hace daño, querrás saber cuáles son algunos de los efectos secundarios más recurrentes.

En el caso de los productos que promueven la pérdida de peso, los efectos secundarios pueden ir de leves a graves según el Centro Nacional de Farmacovigilancia de la Secretaría de Salud.

Entre ellos se incluye insomnio, nerviosismo, arritmia, cólicos, ansiedad, diarrea, dolor abdominal, mareo, nauseas, prurito, malestar general, dolor abdominal, dolor de espalda, dolor de cabeza y alteraciones al hígado.

También se han presentado casos en los que los pacientes abandonan su tratamiento clínico en el afán por curarse con el producto milagro, este es uno de los efectos más riesgosos a los que se enfrentan los usuarios.

Asimismo, el factor económico también es un daño considerable para todos aquellos que deciden buscar la salud en productos no avalados científicamente.

Ante cualquier duda

Cuando estés interesado en adquirir un producto y no estés seguro de sus efectos, puedes consultar en la página de la Cofepris la lista de medicamentos prohibidos y las alertas que se emiten sobre los mismos. Puedes encontrarlos en el apartado de Medicamentos o insumos para la salud o en Suplementos Alimenticios. Si no encuentras el nombre del producto, no dudes en consultar con un médico para que te oriente y resuelva todas tus dudas.

¡No te dejes engañar!

Estas son algunas de las tácticas que utilizan los productos frontera para convencer al consumidor. Detecta cualquiera de estas irregularidades y evita perder salud, tiempo y dinero.

Testimonios: En los que personas famosas o usuarios se dicen curados o beneficiados con el producto

Promesa: Hacen un uso confuso e impreciso del término aliviar, lo utilizan como sinónimo de curar

Validez: Pueden llegar a aparecer fedetarios públicos, asociaciones o autoridades haciendo una recomendación para su consumo, sin embargo estos terminan siendo falsos.

El milagro: Ofrecen efectos extraordinarios sin esfuerzo ni modificación de hábitos.

Resultados “garantizados”: Ofrecen el mismo resultado para todos, sin importar edad, características físicas u otros padecimientos.

Fuente: www.cofepris.gob.mx, www.comoves.unam.mx, www.forbes.com.mx, eleconomista.com.mx, expansion.mx, comunicacion.senado.gob.mx,

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