El ecuatoriano falló un penal contra Santos. (Jam Media)
Fueron crucificados por un delito en el que apenas estuvieron involucrados, aunque afrontan el castigo con hombría.
Los corazones azulgranas siguen exprimidos tras la consumación del descenso. Los futbolistas de Pablo Marini desconocen su futuro. De lo que sí están seguros es que la tragedia atlantista no sólo es su culpa.
"Ya se venía arrastrando desde años atrás y nos tocó [descender]", lamenta el atacante Michael Arroyo. "Hay incertidumbre, porque los otros equipos no hicieron demasiados méritos para estar peleando, pero así es el futbol", señaló.
"Estuvimos peleando con un puntaje muy bajo que no nos ayudó, pero gracias a Dios hemos escuchado muchas palabras de aliento por el trabajo que se hizo. El resultado nos dejó abajo, pero lo dejamos todo y no nos alcanzó", señaló.