Los reflectores se lo llevaron pocos en el Maratón Internacional Lala. Fueron los 20 ganadores en ambas ramas de la extenuante competencia, pero la fiesta lagunera no sólo fue eso.
Alrededor de 5 mil atletas de todas las edades, que se prepararon con meses de anticipación para la prueba, le dieron vida a la mejor competencia en México y América Latina en la distancia de los 42.195 kilómetros.
Para muchos era su primera vez, por lo que el nervio y la adrenalina eran al por mayor, aunque eso no impidió que lograran cumplir con su objetivo sobre el asfalto de la Comarca.
Al arranque, la temperatura fue ideal, pero conforme se acercaba el mediodía, el calor era intenso y los rayos del sol calaban en la humanidad de los participantes.
Como siempre, Ciudad Lerdo se sacó un 10 en cuanto al apoyo. No era necesario llegar al Parque Victoria ni a la Plaza de Armas para sentir la calidez de sus habitantes, sino que desde el ISSSTE los residentes salieron a brindar su ánimo a temprana hora.
En Gómez Palacio la gente tampoco quiso quedarse atrás y pobló los camellones del bulevar Miguel Alemán, donde los 52 grupos de animación en todas las formas posibles se hicieron presentes con el paso de los corredores.
El ruido de las sirenas alertaba en Torreón la presencia de los líderes en cada rama, aunque muchos de los espectadores se quedaban con ganas de ver de cerca a los atletas, debido al mar de motocicletas que los rodeaban, un malestar para los participantes al inhalar demasiado monóxido de carbono.
A lo largo del trayecto se visualizaba la gran cantidad de voluntarios que participaron en la justa deportiva, desde los paramédicos en bicicletas hasta quienes brindaban los servicios de hidratación.
Al principio, por la velocidad de los líderes, era complicado alcanzarlos para que tomaran la bolsa o el boli de agua, aunque después tuvieron que atender a cientos de maratonistas que resentían los estragos, sobre todo en la segunda parte del trayecto.
De lo que más llamó la atención en la colonia San Isidro fue el letrero "No Cuelgues los Tenis", ilustrada la lona con dos pares de tenis, en un impulso para que los corredores siguieran con su camino.
Las esponjas con agua, la vaselina para evitar rozaduras y los aspersores se multiplicaban y eran solicitados por los corredores recreativos, quienes buscaban ya sea terminar la prueba o mejorar su récord.
En el Paseo de la Diligencia, siguiendo una tradición de años, se regaló como siempre una orden de tacos, ya sea de carnitas, buche o cueritos, acompañado por su refresco, o en su defecto, por unas bien frías cervezas.
La avenida Juárez y todo el entorno al Bosque Venustiano Carranza estaba repleta de familias completas que se alistaban no sólo a recibir y aplaudir a los ganadores, sino animar, apoyar y reconocer el esfuerzo de los miles de maratonistas recreativos.
MIL
Corredores fue el cupo máximo para esta edición del Maratón Internacional Lala.