Una velada inolvidable, llena de color, música y bellas piruetas, regalaron el Ballet y la Orquesta de San Petersburgo al presentar sobre el escenario del Teatro Nazas, el clásico de Tchaicovsky La Bella Durmiente.
ESPECTACULOS
Una velada inolvidable, llena de color, música y bellas piruetas, regalaron el Ballet y la Orquesta de San Petersburgo al presentar sobre el escenario del Teatro Nazas, el clásico de Tchaicovsky La Bella Durmiente.