EL SIGLO Fotografía
NACIONAL
Foto: EFE 15 de noviembre de 2005
Nada más morir Darwin, en 1882, una evangelista británica, Elisabeth Hope, aseguró que el naturalista le había asegurado en su lecho de muerte que se arrepentía de sus teorías.
Después de que la Junta Estatal de Educación de Kansas cambiara hace una semana la definición de ciencia -en la que han desaparecido dos palabras: "explicaciones naturales"-, el debate se ha extendido a otros estados.
"La polémica sobre la teoría de Darwin no parece además existir para el 70 por ciento de los norteamericanos, que consideran compatible la idea de la evolución y de Dios", apuntó.
Veintitrés años después de ese periplo, Charles Darwin publicó en 1959 su libro, que no ha dejado de arrojar luz sobre el proceso biológico de la vida pero tampoco de suscitar críticas entre quienes piensan que es contrario a la idea de una Creación de origen divino.