El arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, fue asaltado por dos hombres que lo despojaron de una cadena de su cuello mientras se encontraba en su vehículo detenido esperando que cambiara la luz del semáforo en el bulevar Mariano Escobedo.
Los hechos violentos a manos de pandilleros que la semana pasada cobraron la vida de un policía, así como la ola de robos a casa habitación y a transeúntes, dijo el arzobispo, son lamentables, que también se reflejan con el robo de objetos en los templos.
El prelado ofició la misa dominical en la catedral Basílica y después comentó la experiencia que padeció de dos sujetos, que pensó se acercaban a su vehículo para saludarle.
El arzobispo reveló que hace dos meses y medio, después que ofició una misa, un par de hombres lo interceptó en el bulevar Mariano Escobedo y le arrebató una cadena que llevaba en el cuello de la que pendía una cruz pectoral que le obsequió el Papa Benedicto 16.
"El carro estaba muy viejito, tenía mucho calor y bajé el vidrio, venían dos muchachos en bicicletas, yo pensaba que me iban a saludar, estaban cerca y dije: ‘qué bueno que me van a saludar' y cuando abrí más el vidrio dije: ‘¿qué tal?, ¿cómo están?', y me arrebataron la cadena y se cayó el pectoral".
La cadena era dorada, pero no de oro; la cruz pectoral quedó en el suelo, "la pude recuperar".
Cortés Contreras comentó que los templos son blanco de los delincuentes que roban objetos de arte y de todo tipo.
Como medida de prevención dijo que ha recomendado a los sacerdotes que cuiden los bienes que se tienen en el interior de las parroquias.
A los delincuentes les pidió que tengan temor de Dios. "Yo les diría que se respeten a sí mismos, respetar las cosas sagradas es respetarse a sí mismos".
El arzobispo comentó que le ha solicitado a la presidenta municipal, Bárbara Botello, mayor seguridad para los leoneses, entre los que se encuentran los integrantes de la Iglesia católica.
