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Víctima y victimario: dos caras de una misma violencia

Un especialista de la Facultad de Psicología de la UNAM analiza con detalle la condición de los protagonistas de este fenómeno social

Víctima y victimario: dos caras de una misma violencia

Víctima y victimario: dos caras de una misma violencia

EL UNIVERSAL

Una víctima de la violencia es aquella persona que experimenta una agresión (física o psicológica, que afecta su cuerpo y mente, y vulnera sus derechos y su vida cotidiana) de otra persona o entidad.

Del lado opuesto, el victimario es aquel que ejerce, por medios violentos y perversos, una agresión y somete, fuera de los códigos éticos y normativos -y en distintos grados, incluso hasta causarle la muerte- a una persona.

"Aun más, la agresión no sólo se ejerce contra la víctima, sino también contra su entorno; es decir, repercute en todas las personas relacionadas con ella. Por el impacto, la familia adquiere el carácter de víctima. Un ejemplo son los casos de desaparecidos en México, en los que los familiares y amigos también sufren y se convierten en víctimas en segundo grado. Esto debe destacarse para no minimizar la resonancia de la violencia en el entorno familiar y social", comenta Alfredo Guerrero Tapia, profesor e investigador de la División del Sistema de Universidad Abierta (SUA) de la Facultad de Psicología de la UNAM, quien se ha dedicado durante años a analizar la condición de la víctima de la violencia y del victimario.

 LA VÍCTIMA

En una línea de su análisis de la violencia, Guerrero Tapia ha concluido que la víctima desarrolla resentimiento y deseos de venganza. "Cuando no hay una fórmula de justicia y de confianza, emerge la venganza. En toda acción violenta hay un sentimiento de venganza, de ahí que históricamente se haya creado la institución jurídica para contenerla. Asimismo, la víctima se siente desamparada y desprotegida", señala.

Con respecto a los niños, la institución jurídica es insuficiente para atender todos los episodios de violencia intrafamiliar que padecen. Mientras tanto, un niño agredido desarrolla una especie de inhibición patológica que, en algunos casos, representa un caldo de cultivo para que ingresen posteriormente en el crimen organizado.

Otro aspecto analizado por el profesor e investigador universitario es el que se relaciona con el trauma que deja la violencia en quien la sufre.

"Por ejemplo, quienes son violados en su niñez (agresión generalizada cuya magnitud no se refleja en las estadísticas), quedan con un trauma difícil de superar. Tienden a tener un desempeño sexual deficiente en su vida adulta; incluso es muy complicado ayudarlos con terapias, ya que hay una memoria en el cuerpo y una resimbolización que no deja de surgir."

Un complejo proceso documentado ampliamente, pero que hasta la fecha no ha sido entendido a cabalidad por los estudiosos, es el llamado Síndrome de Estocolmo, es decir, la identificación que siente la víctima con su victimario.

Sin embargo, hay una constante en todos los tipos de víctimas: desarrollan resentimiento, deseos de venganza y una inhibición en su vida cotidiana.

"Estos tres elementos introproyectados alteran la vida social porque lo que desata la violencia es esa latencia que después se desplaza a otros individuos", indica Guerrero Tapia.

 EL VICTIMARIO

En opinión del especialista de la Universidad Nacional, el victimario es un individuo que se ha vuelto perverso debido a que se encuentra inmerso en una condición social que se nutre de todos los tipos y escalas de violencia propicios para ese comportamiento.

"Es un individuo con un grado de perversión y alienación generado por la desregulación de las instituciones", asegura.

Ahora bien, se ha dicho que cualquier individuo es proclive a convertirse en posible victimario (incluso se ha tratado de "patologizar" esta condición desde la psicología), pero esto es erróneo.

"Si se revisan los expedientes de los victimarios puede advertirse que fueron víctimas de violencia, directamente en la familia, el trabajo o la propia sociedad. Por otra parte, en el caso de la violencia intrafamiliar y escolar, los victimarios son adultos: padres, profesores y directivos. Por lo que respecta a grupos migrantes, el victimario es el Estado o algún grupo social. El victimario muestra un perfil variado con un denominador común: reporta acciones perversas", explica el profesor e investigador de la UNAM.

 EL CONTEXTO SOCIAL

Cuando, en una sociedad, la violencia se extiende a los espacios de la vida pública y familiar, incluso íntima, hay que preguntarse dónde está su origen.

"Como muchos estudiosos, me he percatado de que la violencia se ha naturalizado, se ha hecho costumbre. Esto es grave porque si las relaciones que establece un individuo las formula, las piensa y las vive a partir de la violencia, se crean y activan en forma permanente mecanismos de defensa que convierten la vida cotidiana y social en un problema que no se puede remontar en el corto plazo."

En el contexto mexicano, las instituciones sociales se han degradado, sobre todo el sistema de justicia. Y cuando el sistema de justicia pierde credibilidad y las demás instituciones (religiosa, familiar, política y educativa) tampoco tienen el poder de seguir regulando la vida social, aflora la violencia.

"Esta situación se vive en México desde 1988, cuando se dio un viraje en el modelo de desarrollo. Además, las políticas públicas para enfrentar y disminuir la violencia no están yendo a lo central, que es fortalecer las instituciones."

Según Guerrero Tapia, el fenómeno se ha multiplicado e incrementado a partir de que el Estado se retiró del espacio público y así se canceló una normatividad que regulaba la vida pública en los ámbitos fundamentales: el político, el social y el familiar.

"Hay estudios concluyentes en los que se plantea que, en el momento en que el Estado se retira de sus responsabilidades sociales, se rompe toda norma y comienza la imposición de un sujeto sobre los que considera más débiles. Es precisamente en ese contexto donde se debe buscar al responsable."

La psicología busca al agresor, pero éste es el último eslabón de la cadena. La responsabilidad en el tema de la violencia recae, en términos generales, en el Estado en razón del desprendimiento de sus obligaciones públicas.

Sin duda, el punto más alto de este proceso de ruptura se alcanzó en el país hacia 2008, cuando se recrudeció la violencia sobre las organizaciones criminales y se incrementó la tendencia de la violencia en toda la sociedad.

"Fue entonces cuando se observó la degradación de la figura de la autoridad, lo cual generó las condiciones óptimas para el surgimiento del conflicto, tanto en la vida pública como en otros escenarios. Desde mi manera de ver las cosas, la institución pública es la principal responsable del problema. Si el Estado no recupera sus responsabilidades y no se regeneran las instituciones, va a ser muy difícil acabar con la violencia", finaliza el especialista de la Universidad Nacional Autónoma de México.

Más información, en el siguiente correo electrónico: "[email protected]"

3 ELEMENTOS

Constantes hay en todos los tipos de víctimas.

6 AÑOS

Suman de aumento de violencia en la sociedad.

Recibirán atención integral

Mujeres del municipio de Centro, Tabasco recibirán atención jurídica -en juicios de orden familiar-, terapias psicológicas y la inclusión en proyectos productivos, y habrá apoyos a niñas y niños para restablecer su sano desarrollo emocional. Esto es parte del Convenio para la Atención Integral de las Mujeres y Menores, signado por la Procuraduría General de Justicia del Estado de Tabasco (PGJE) y el ayuntamiento de Centro.

En la firma del acuerdo, la subprocuradora de Investigaciones de la PGJE, Aureola Rodríguez Cupil, refirió que la violencia está considerada como un tema de preocupación internacional y un grave problema de salud pública, particularmente cuando se comete contra la familia.

A través de la Dirección de Atención a las Mujeres se brindará atención integral a las mujeres que acuden a denunciar hechos de violencia ante la PGJE.

Retos

Información y cultura

Según el especialista universitario, mientras más información de este tema posea la población, mejor enfrentará los retos. Por lo pronto recomienda reflexionar, desde la vida personal, los casos de violencia, pues al hacerlo se abren los diálogos y se genera conciencia de los por qué; incluso se confrontan los propios valores.

"Las personas no deben encerrarse ni aterrorizarse, sino rescatar las posibilidades de hacer una vida recreativa y cultural. También es importante recuperar el campo de la educación", afirma.

Criterios

Clasificación de la violencia

⇒ La violencia se clasifica a partir de los siguientes criterios: según el espacio donde aparece, según la persona agredida y el tipo de agresión.

⇒ Tal clasificación define a la víctima y al victimario. En términos generales, se identifican como víctimas a niños, mujeres, ancianos, migrantes, indígenas y jóvenes.

"Por lo que se refiere a la violencia intrafamiliar, en el contexto de la tradición machista de la sociedad mexicana, los más débiles resultan ser los niños y las mujeres. En cuanto al ámbito escolar, donde la idea de que 'la letra con sangre entra' sigue presente bajo nuevos ropajes, se han documentado casos de violencia por imposición en los niveles de preescolar y primaria", comenta el también colaborador del Instituto de Investigaciones Antropológicas.

⇒ En algunos ámbitos, como el familiar, el escolar y el laboral, se advierte que los códigos establecidos entre las personas y la autoridad están rotos. De manera que en cada uno de ellos la violencia opera por medio de la imposición. Es decir, al "otro" se le considera alguien que debe someterse a los designios del victimario.

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