Originalmente, debido a su diseño, los lentes sólo corregían la miopía y la hipermetropía, pero a finales del siglo XIX se generalizó también el uso de lentes cilíndricas para la corrección del astigmatismo. (ARCHIVO)
Para quien padece algún problema de visión, la invención de los anteojos es algo que mucho vale agradecerse, pues permite corregir una condición que afecta el desarrollo de las actividades cotidianas.
Tal necesidad, debe saberse, era bien entendida desde tiempos antiguos.
Prueba de esto es que fue desde el año 1249 cuando se formuló el primer estudio sobre el uso de lentes para tratar los problemas de la vista, aunque no puede dejar de mencionarse que hay registros que indican que desde el siglo X existían lentes de aumento en China.
No obstante, fue hasta 1285 cuando empezaron a implementarse las gafas en Europa, gracias al diseño del inventor italiano S. D. Armati.
"Estos fueron inicialmente unos monóculos tallados en berilo, y contaban con lentes convexos destinados a personas con problemas de visión cercana", señala en THC en su portal.
Ya con la invención de la imprenta en el siglo XV, se permitió que aunque no universal, un grupo considerablemente mayor accediera a la lectura, lo que generó un aumento igualmente considerable en la demanda de lentes, que derivó en la fundación de la primera corporación fabricante de gafas, en el año 1629.
Como dato, cabe señalar que originalmente, debido a su diseño, los lentes sólo corregían la miopía y la hipermetropía, pero a finales del siglo XIX se generalizó también el uso de lentes cilíndricas para la corrección del astigmatismo, indica la fuente mencionada.
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