Reuters
CANNES, Francia.- El director mexicano Alfonso Cuarón se encuentra muy aliviado de haber terminado con la Escuela Hogwarts de Brujería y Magia.
El realizador ha pasado los dos últimos años dirigiendo la última película de Harry Potter, El Prisionero de Azkabán, que se estrenará el próximo mes.
Cuarón ocupó el rol de director en lugar del cineasta estadounidense Christopher Columbus, quien dirigió las primeras dos películas de Harry Potter.
Cuando se le preguntó si estaba contento con el fin de la filmación, Cuarón respondió con un sentido “Oh, sí”.
“Es un largo proceso”, dijo en el Festival de Cine de Cannes. “Cada instante fue un placer. Nunca estuve estresado, pero estaba completamente agotado”, añadió.
Es que cuando uno trabaja en una de las franquicias de cine más famosas de todo el mundo, no hay cómo escapar al mago adolescente creado por la autora J.K Rowling: está en todas partes.
“Hay otra cosa más sobre Harry Potter. No se puede descansar. Tienes un día libre y caminas por la calle y te encuentras con una imagen de Harry Potter en todas partes”, dijo Cuarón.
“No es que si uno no trabaja un día, puede relajarse y no ver a sus personajes. El mundo está rodeado por Harry Potter”, agregó el cineasta mexicano.
Para Cuarón lo más difícil de hacer una película de Harry Potter fue la duración del proceso.
“El ejemplo que me gusta es el siguiente: Uno tiene el auto más lindo para conducir, con los mejores asientos, muy seguro y la máquina es muy lujosa. Pero hay un sólo problema: uno lo tiene que conducir durante dos años y no te puedes detener para ir al baño”, dijo Cuarón.
