Mariano Riva Palacio (1803-1880) vino al mundo el 4 de noviembre de 1803, en la Ciudad de México, en el seno de la familia conformada por Esteban Riva Palacio y Dolores Díaz, de acuerdo con la biografía del abogado publicada en el portal “inehrm.gob.mx”, en la que se señala que poco se sabe de sus primeros años de vida.
Cursó estudios de abogacía y en 1829 con 26 años inició su carrera política al desempeñarse como regidor en el ayuntamiento de México, donde al año siguiente, en 1830, fungió como alcalde.
En diciembre de 1844 ocupó el Ministerio de Justicia y formó parte del gabinete presidencial, además fue protagonista de diversos conflictos políticos y económicos, entre ellos las constantes amenazas de una guerra contra Estados Unidos y la pérdida de poco más de la mitad del territorio.
Fue gobernador constitucional del Estado de México entre 1851 y 1852, entidad en la que llevó a cabo importantes reformas sociales, como la construcción de mercados, hospitales y cárceles, según otra biografía de Riva Palacio publicada en el portal electrónico “bicentenario.gob.mx”.
En este periodo, se distinguió por mostrar un fuerte interés por la educación y las obras de utilidad pública por lo que construyó el Palacio de Justicia y realizó diversas gestiones para que se construyera un ferrocarril de Toluca a la Ciudad México.
Tras el triunfo de la Revolución de Ayutla, Riva Palacio colaboró estrechamente con el régimen de Juan Álvarez y el 29 de junio de 1857 fue nombrado nuevamente por la legislatura local gobernador constitucional del Estado de México, cargo del que se separó al iniciar la Guerra de Reforma.
De acuerdo con los datos biográficos difundidos en el sitio en Internet “edomex.gob.mx”, en mayo de 1863 fue propuesto como miembro de la junta de notables, cargo que rechazó.
En este periodo el emperador Maximiliano de Habsburgo lo propuso como responsable de la cartera de gobernación, no obstante también rechazó el cargo, ya que consideraba que iba en contra de sus convicciones liberales y republicanas.
Sin embargo, su sentido de justicia lo llevó en julio de 1867 a aceptar ser el abogado defensor de Maximiliano.
En 1868 fue electo por varios distritos al congreso pero prefirió continuar presidiendo el ayuntamiento de México, donde realizó obras de entubamiento de agua, mejoras de las calles y atiende la seguridad pública.
Ese mismo año fue electo presidente de la cámara y ocupó por tercera ocasión el puesto de gobernador del Estado de México hasta el 16 de diciembre de 1871, día en que la Legislatura local lo declaró Benemérito.
En 1876 dirigió el Nacional Monte de Piedad, éste fue el último cargo público que desempeñó, pues el 20 de febrero de 1880 murió en la Ciudad de México, a los 51 años de edad.
