MADRID, ESPAÑA.- El Inter de Milán, eliminado por el Olympique Marsella, siguió ayer el triste camino del futbol italiano, que se queda sin representante alguno en las competiciones europeas, en oposición al balompié español, que ha colocado, sin demasiados problemas, al Villarreal y al Valencia en las semifinales y se ha asegurado una plaza en la final de la Copa de la UEFA.
Villarreal y Valencia jugarán una semifinal local, y Olympique Marsella y Newcastle la otra, el 26 de abril y el seis de mayo próximos.
Por la composición de las semifinales, se puede decir que la nueva Europa también llega a la UEFA, donde, de los cuatro supervivientes, tan sólo el Valencia se ha sentido protagonista en el último lustro.
El Villarreal llega como la gran sorpresa, más por sus resultados que por el potencial una plantilla llena de buenos jugadores; el Marsella trata de recuperar algo del prestigio que perdió en la etapa de Bernard Tapie, y el Newcastle de Bobby Robson alcanza, por primera vez en 35 años, la penúltima etapa de un torneo continental, tras eliminar al PSV Eindhoven de Guus Hiddink.
Menos de una temporada le ha durado la euforia al futbol italiano, que hace un año festejaba su dominio, con tres semifinalistas en la Liga de Campeones (Milán, Juventus e Inter) y otro en la Copa de la UEFA (Lazio), y ahora se encuentra preguntándose qué hizo mal.
El Inter no pudo frenar su caída, porque en este momento es un conjunto menor, que ahora deberá luchar por el cuarto puesto en la liga italiana, que le permitirá volver a la Copa de Europa, si quiere salvar la temporada.
En Milán, no sólo fue incapaz de levantar el gol encajado en Marsella, sino que al Olympique le bastó con mostrarse sólido en defensa y aplicar con acierto el contragolpe para triunfar también en San Siro, gracias a un gol de Camel Meriem.
No tuvo a Christian Vieri, lesionado, pero sí contó con el uruguayo Álvaro Recoba, al argentino Julio Cruz y al nigeriano Obafemi Martins, y no fue suficiente.
El mérito del Newcastle, que en toda su historia tan sólo ha conseguido un título europeo (la Copa de Ferias de 1968) es atribuible a dos veteranos.
A Bobby Robson, que con 71 años aún se siente con fuerzas para transmitir su carisma desde el banquillo, y a Alan Shearer, implacable goleador hasta en el tramo final de su carrera.
Tras empatar a un gol en Eindhoven, el Newcastle encarriló pronto la eliminatoria, gracias a un tanto de Shearer, en el minuto nueve y pese a que el yugoslavo Mateja Kezman logró el empate desde el punto de penalti (50’), las urracas sentenciaron el pase con un nuevo tanto de Gary Speed (66’).
Más sencillo lo tuvieron los dos representantes españoles que ya dejaron más de medio camino andado, en la ida. El Villarreal, que había igualado en Glasgow a un gol, completó el trabajo con más suficiencia de la esperada frente al Celtic, actual subcampeón del torneo.
Un gol del brasileño Sonny Anderson y otro de Roger García le dieron el triunfo al conjunto que dirige Francisco García "Paquito". El único consuelo le llegó al Celtic de Escocia, donde el Rangers empató contra el Livingston y le dejó la Liga en bandeja.
El Valencia tampoco dio opción al Girondins Burdeos, que ya había perdido en la ida por 1-2 y repitió marcador en Mestalla, gracias a los goles del argentino Mauricio Pellegrino y de Francisco Joaquín Rufete. El brasileño Eduardo Costa marcó el único tanto del equipo francés.
