Adivina, adivinador
Camina como pato, grazna como pato, mueve la cola como pato, tiene patas de pato ¿Qué es? Adivinaste, un pato.
Esta sarcástica adivinanza, podemos aplicarla a la administración 2010-2013 de Torreón, Coahuila, “liderada” por el priista Eduardo Olmos Castro y sus 40 ladrones.
Desde su inicio, esta administración dio muestra de su cleptomanía. La adquisición de los inmuebles para construir la Gran Plaza fue su primer testimonio.
Sistemáticamente la actual administración se ha esforzado al máximo en demostrar -más allá de su ineptitud, ineficiencia y carencia total de compromiso con la ciudadanía- el nivel y calidad de quienes la integran.
Pareciera, que los requisitos indispensables para pertenecer o estar dentro de la nómina municipal son: ser corruptos, deshonestos, desleales, represores, mentirosos, autoritarios, cínicos, bailarinas privadas, evasores y quebrantadores de la ley, pero sobre todo ladrones.
La realidad rebasa cualquier plano imaginario, el fraude de la Mega Plaza es sólo uno entre tantos, los mismo podemos decir de sus organismos descentralizados o desconcentrados: Simas, Coproder, DIF, entre otros.
Otros ejemplos más recientes -todos los días se presenta un caso más- está la implicación de personal de la Dirección de Alumbrado Público, en el robo de cable y material diverso. Por cierto, uno de los indiciados es el hermano del exdirector de Atención Ciudadana y director de Radio Torreón.
El colmo, es la evidencia ciudadana que exhibe a un empleado adscrito a la Secretaría Particular, robando rieles de la red ferroviaria nacional.
Como lo podemos apreciar, además de la ineficiencia e ineptitud mostrada por esta administración para gobernar, administrar y proporcionar servicios públicos, ya no digamos de calidad, sino básicos, la constante es la corrupción.
¿Qué hace un vehículo oficial, con personal sin adscripción a ninguna Dirección de la administración actual, excepto el responsable del vehículo, limpiando infraestructura federal? El argumento simplista utilizado, no es sostenible.
El destinar recursos municipales -personal, material o recursos económicos- a una obra que no pertenezca al municipio, está tipificado como desvío de recursos y daño patrimonial pudiendo llegar a peculado. Además, en la imagen mostrada en los medios, se ve que la camioneta transportaba, al menos 4 tanques, parecidos a los utilizados para almacenar gas LP u oxígeno, lo que puede evidenciar que contaban con un equipo de corte.
Otro delito cometido, testimonio de la falta de supervisión, es que el vehículo traía placas sobrepuestas.
Más que explicaciones, excusas y argumentos simplistas las autoridades municipales deben dar resultados concretos, poniendo a disposición de las autoridades, no sólo al empleado ya identificado, sino también al o la titular de la Secretaría Particular, al contralor y a los responsables de resguardar los vehículos oficiales.
Recordemos que lo accesorio corre la suerte de lo principal, por lo que, la investigación de fondo de los robos, perpetrados por empleados del ayuntamiento de Torreón, debe incluir a cada uno de los mandos superiores del municipio, incluido el cuerpo edilicio.
Ahora, si la persona se esconde para hacer sus actividades, si prefiera la oscuridad a la transparencia, si sus gastos no corresponden con sus ingresos, si usa una careta para ocultar su verdadero rostro, ¿Qué es, estimado lector? Adivinó nuevamente, es un ladrón.
Jesús Gerardo Puentes Balderas,
Torreón, Coahuila.
