Así como los laguneros iniciaron hace varias décadas una lucha permanente para vencer al desierto, desde hace 21 años el Club Santos Laguna enfrenta todo tipo de obstáculos, los cuales se superaron para llegar a convertirse en lo que hoy es una organización ejemplar.
El equipo era protagonista de la Segunda División, pero la gran familia futbolera añoraba un representante en el máximo circuito. Los viejos aficionados recordaban a la Ola Verde del Laguna, en la cancha de San Isidro y, a los Diablos Blancos del Torreón, en el Estadio Moctezuma.
Bajo la sombra de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), la organización poco a poco creció, hasta que un día el sueño se hizo realidad, el equipo de todos ya era en su totalidad de los laguneros. Gracias a un enorme esfuerzo se hizo posible la compra de la franquicia de los Ángeles de Puebla, un equipo que antes fue el Oaxtepec y era cobijado por el Instituto Mexicano del Seguro Social, como lo fue el Santos a su llegada a la Comarca Lagunera.
Un buen día de 1993, se informa oficialmente que la razón social del equipo es Santos Laguna, SA de CV, el nuevo propietario tomaba las riendas, luego de liquidar sus acciones a la UAG. Como de la nada de pronto surgieron los nombres de Daniel Guzmán, Richard Zambrano, Héctor Adomaitis y Rubén Martínez, quienes venían a unirse a Ramón Ramírez, ya considerado uno de los grandes valores del futbol mexicano. El epílogo de aquella temporada 1993-94 fue el subcampeonato, al perder la final curiosamente frente a los Tecolotes de la UAG.
A partir de entonces Santos Laguna pasa a ser un equipo grande, con bases sólidas y gana un respeto que en estos tiempos es muy complicado tener. Una organización de tal magnitud se hace posible gracias a la intervención del Grupo Modelo, que a partir de entonces revierte su situación comercial en la plaza, para convertirse en la principal productora y distribuidora de cerveza en la región.
Fue el encuentro de dos instituciones que en poco tiempo se convirtieron en una sola y en un momento se ayudaron mutuamente para crecer y alcanzar dimensiones tan importantes que pronto trascendieron, incluso fuera de las fronteras del territorio nacional. Un subcampeonato en torneos largos, el título del Invierno 96, la participación en dos finales más y estar presente en seis liguillas consecutivas; eso era ya Santos Laguna, después de ser un equipo chico, amenazado siempre por el fantasma del descenso y la desaparición.
Ante un momento trascendental, Grupo Modelo se desprende del equipo sin tomar en cuenta el interés de empresas regionales y creando un ambiente de incertidumbre, al conocerse el nombre de Carlos Ahumada Kurtz como el comprador. De manera pública Grupo Modelo ha dicho que hoy más que nunca apoya a Santos Laguna, pero si existe algún momento para demostrarlo es éste, cuando los problemas administrativos de la organización han crecido tanto que el equipo fue intervenido por la Procuraduría General de la República y es administrado por la Federación Mexicana de Futbol.
Carlos Ahumada Kurtz incumplió sus compromisos para liquidar el Club León al propietario anterior y el Juez ha dictaminado que Roberto Zermeño recupere la franquicia; algo similar podría darse con Santos Laguna, pero en este caso la situación se complica porque Grupo Modelo, dueño reconocido oficialmente, nada quiere saber del manejo del equipo.
La imagen, seriedad y solvencia de Cervecería Modelo, son en estos momentos fundamentales para conseguir que Santos permanezca en la Comarca Lagunera por muchos años, pero sobre todo, para ayudar a que la crítica situación se solucione a la mayor brevedad posible, lo que permitiría al plantel concentrarse exclusivamente en el aspecto deportivo, el cual hoy en día es el Torneo Clausura 2004 y la Copa Libertadores de América.
Se cometió un error al no tomar en cuenta a los laguneros como primera opción para desprenderse del Club Santos, aunque como empresa privada se tiene el derecho de vender y dedicarse exclusivamente a la producción y distribución de cerveza, lo que ha hecho grande a la cervecera. Hoy en día las circunstancias permiten que se haga un alto en el camino y se rectifique la postura; la intervención del anterior propietario es fundamental para que la Federación Mexicana de Futbol libere a nuestro equipo y quede entonces sí listo el camino para que la bondad y afición de los laguneros mantenga a la institución en el nivel que ocupó en los últimos años, ése que sólo tiene una Organización Modelo en el balompié profesional de México.
