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PALABRAS DE PODER

Perlas de Sabiduría de Menandro

Jacinto Faya Viesca

‘La educación es para los mortales una posesión inalienable’

Menandro nació en Grecia en el año 342 A. de C. fue un poeta cómico, y Goethe lo considera como a uno de los más grandes sabios griegos, junto con Sófocles.

En uno de sus pensamientos escribió: “La educación es para los mortales una posesión inalienable”.

A Menandro le tocó vivir en la época cumbre del pensamiento y del arte griego. Las creaciones que se dan en esa época en la literatura, la filosofía y el arte, no han sido superadas hasta hoy en día.

La educación en Grecia constituye la tarea más importante de la sociedad. Se educaba al griego desde su niñez, en los más altos valores del espíritu y de la patria. Para Grecia, la educación constituía la tarea vital del estado y de todo ser humano. La música, filosofía, geometría, y las distintas manifestaciones del arte, estaban presentes en la vida cotidiana de los griegos. Para Grecia, la educación era invaluable, y se dirigía al fortalecimiento de la sociedad, de los valores de la patria y de la familia.

Para Menandro, la educación simplemente era una “posesión inalienable”. No se podía enajenar, en virtud de que los valores fundamentales de toda educación griega, eran parte del alma humana. La educación estaba impresa en la inteligencia y en el corazón de cada griego. No podía venderse lo que otro no podría comprar con todo el oro del mundo. Los grandes valores de la educación griega eran una tarea personalísima y a cada individuo le competía el educarse para su propio bien y para el interés general de su patria.

La educación a que alude Menandro, estaba orientada a formar la inteligencia, la moral, las emociones, el amor por la patria, el respeto al propio cuerpo, y el compromiso de contribuir permanentemente a defender los valores de la libertad, la justicia, la bondad, y las virtudes como la valentía y la entereza.

En otra de sus obras, escribió: “destierra de tu vida siempre el dolor”.

Permanentemente, Menandro nos invita a vivir en la entereza y en la alegría. En tiempos de éste poeta griego, hace 2300 años, la vida en esa nación no era nada fácil. Existía un alto porcentaje de pobres, y Grecia estaba permanentemente en guerra con otras naciones.

Menandro creía que la templanza en el dolor constituía una gran virtud. Como poeta cómico, señalaba las grandes debilidades del ser humano y también sus preciadas virtudes. El genial escritor alemán Goethe, nos aconsejaba que aun en el dolor debíamos darle cabida a la alegría. Y no se trataba de simple teoría, pues Goethe perdió tres o cuatro hijos en edad muy pequeña, y su único hijo se suicidó en Roma, y su esposa murió cuando Goethe tenía 67 años de edad.

No se trata de negar el dolor, pero sí, el no quererse inmolar en él, el no abrazarlo masoquistamente ni el sufrir a fin de que los demás nos compadezcan. Y así lo pensaba Menandro.

En uno de los códices bizantinos aparece ésta máxima de Menandro: “Toda ganancia injusta causa perjuicio”.

No se trata de una máxima sólo de moral. Nuestro poeta griego estaba convencido que actuar injustamente atenta contra valores fundamentales del ser humano: violenta a la justicia, la ganancia injusta es un robo, fractura el orden social, empobrece o daña al despojado, siembra el injusto un mal ejemplo en la sociedad. En Grecia en ese tiempo, las enseñanzas de Homero en La Ilíada, escrita unos trescientos años antes de Menandro, se desprecia lo injusto, y se considera al que obtiene ganancias injustas, como a un enemigo de la sociedad.

En La Ilíada, fuente permanente de consulta de Menandro, la justicia es uno de los valores supremos de todo ser humano, y un elemento de cohesión de la patria griega.

Recordemos, que la guerra de Toya, se inicia por una grave injusticia: el rapto de Helena por parte de Paris.

Y es que toda ganancia injusta constituye un acto de soberbia del que la comete; la ganancia injusta demuestra que la persona que la cometió, no valora en lo absoluto la dignidad humana. La ganancia injusta (lo vemos permanentemente en La Ilíada) demuestra desprecio, abuso, y una enfermiza codicia. Recordemos, cómo en La Ilíada, la injusticia que Agamenón comete contra Aquiles, causa gravísimos problemas.

El que obtiene una ganancia injusta, era considerado en Grecia como un ser vil y despreciable. Las tragedias de Esquilo, Sófocles y Eurípides, nos dan ejemplo muy reiterados de éste repugnante vicio.

La inmensa sabiduría de Menandro, así como la de Sófocles y la de Homero, constituyen una fuente segura para la formación de todo ser humano.

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