EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- La Primavera es la estación del año en la que hay más movimiento de energía, dicen los que saben. Existe la positiva y la negativa, pero hoy que empieza este nuevo ciclo lo ideal es recibir el balance correcto de ésta y la mejor forma es preparándose mental y físicamente, según lo que se quiera obtener.
Jorge Olivera Román, ingeniero de profesión y gran conocedor del Feng Shui y de programación neurolingüística, explicó que todo ser humano tiene que buscar el complemento de su actividad reactivando sus energías en los cambios de estación, misma que lo llevará a conocer más de cerca los beneficios que aporta cada uno de los ciclos.
En el año se presentan dos equinoccios: el de Primavera, que se registra del 20 al 21 de marzo; y el de Otoño, del 22 al 23 de septiembre.
Según cuenta, desde siglos atrás los mayas y aztecas se preparaban para recibir el equinoccio de Primavera con sus rituales. En nuestros días, esta práctica se ha convertido en una tendencia mundial.
Para los mayas la entrada de la Primavera era muy significativa porque podían demostrar sus habilidades de astronomía, matemáticas, geometría y religión; unían todos sus conocimientos para expresarle al pueblo en general su capacidad.
Olivera Román valoró la importancia que tiene la Primavera como primera estación del año y es en este ciclo cuando se da un cambio emocional en todos los seres humanos. Puso como ejemplo el surgimiento de romances, pasiones y enamoramientos que -según los especialistas- se deben a la energía que contiene dicha estación.
De igual manera, se nota en el aire que empieza a arrastrar el polen de las flores, cuya influencia es muy significativa en las personas.
Paso a paso
Y para no desaprovechar la energía que hoy abunda en todo lo que nos rodea, Jorge Olivera Román compartió una serie de rituales para llevarse a cabo hoy 21 de marzo:
1.- Vístase con ropa blanca -de preferencia de componentes naturales como el algodón-, con la intención de no crear bloqueos físicos que impedirían a las personas cargarse de energía.
2.- Se sugiere que acuda a lugares abiertos -como un parque o centro recreativo- para percibir la naturaleza; es importante inhalar profundamente el aire por la nariz y exhalarlo por la boca para absorber la energía que existe en el Cosmos. De preferencia, quítese los zapatos y de ser posible póngase de pie sobre la tierra o pasto, no lo haga arriba del asfalto o concreto. Con lo anterior logrará canalizar la energía que baja y circula a través de usted hacia la Tierra, misma que es tan sabia y que conoce la energía que cada uno requiere.
3.- Para lograr un beneficio completo con la llegada del equinoccio, es necesario que abra sus canales de percepción que son el visual, auditivo y el kinestésico ?sensaciones-. El primero de ellos se refiere a ver lo que se quiere lograr a través de una proyección mental; el auditivo es escuchar todos los sonidos del entorno para poder percibir el mensaje que mandan el ruido de las aves y sus murmullos, la misma naturaleza detalla tantas cosas que pocas veces las personas logran entender. Finalmente, el kinestésico es abrir todos los sentidos recordando que el órgano más grande que tiene el ser humano es la piel, misma que percibe todos los cambios climáticos, dolores y caricias; es el órgano que trasmite todos los mensajes del exterior al interior del cuerpo.
4.- Dentro del aspecto espiritual, se puede pedir al Ser Supremo en el que la persona cree, lo que desea para su futuro.
5.- Otro de los rituales es desintoxicar el organismo, la intención es lograr que se restablezca el equilibro entre la mente, cuerpo y espíritu, por medio de una buena alimentación. Es importante que coma verduras, alimentos bajos en carbohidratos y grasas, que sean fáciles de digerir, pues entre más limpio tenga su organismo se van a percibir mejor los mensajes que manda la naturaleza. El beneficio que va a obtener al restablecer la comunicación entre la mente y cuerpo, es desaparecer los estragos provocados por el estrés.
Lo más importante de todo esto, es que los seres humanos se regalen el tiempo necesario para lograr el beneficio de su cuerpo y qué mejor oportunidad de hacerlo, hoy con la entrada de la Primavera en que los movimientos de energía son mayores. ¡A recargar las pilas, no lo olvide!
Equinoccio
Su nombre lo dice, equinoccio del latín ?aequinoctium?: ?aequus?, igual y ?nox?, noche, que significa noches iguales. Esta aseveración es porque el eje de la Tierra tiene una inclinación con referencia al Sol, lo cual permite que en ambos hemisferios de la Tierra -Norte y Sur- la noche sea igual, en tiempo de duración, en todo el planeta.
Las fechas en que esta posición se da de acuerdo al calendario gregoriano, es del 20 al 21 de marzo, equinoccio de Primavera y del 22 al 23 de septiembre, el equinoccio de Otoño, esto se registra anualmente y marca los cambios de estación.
Aunque lo más notorio es cuando el tiempo de luz es igual al tiempo de noche, lo que da el nombre es con referencia a que el tiempo de oscuridad, de manera proporcional, es igual en todo el planeta.
Con todas estas referencias, las antiguas culturas del mundo desarrollaron sus sagradas construcciones empleándolas como marcadores solares, con el fin de medir y llevar la cuenta del tiempo con mayor precisión.
Equinoccio
Su nombre lo dice, equinoccio del latín ?aequinoctium?: ?aequus?, igual y ?nox?, noche, que significa noches iguales. Esta aseveración es porque el eje de la Tierra tiene una inclinación con referencia al Sol, lo cual permite que en ambos hemisferios de la Tierra -Norte y Sur- la noche sea igual, en tiempo de duración, en todo el planeta.
Las fechas en que esta posición se da de acuerdo al calendario gregoriano, es del 20 al 21 de marzo, equinoccio de Primavera y del 22 al 23 de septiembre, el equinoccio de Otoño, esto se registra anualmente y marca los cambios de estación.
Aunque lo más notorio es cuando el tiempo de luz es igual al tiempo de noche, lo que da el nombre es con referencia a que el tiempo de oscuridad, de manera proporcional, es igual en todo el planeta.
Con todas estas referencias, las antiguas culturas del mundo desarrollaron sus sagradas construcciones empleándolas como marcadores solares, con el fin de medir y llevar la cuenta del tiempo con mayor precisión.
