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POSDATA SECRETARIAL

Profra. Pilar D. R. de López

TU REPUTACIÓN LABORAL

Te consideras una prestigiada asistente: eres puntual, cumples con tus tareas a la perfección; pero tu actuación no es apreciada si las relaciones con tus compañeros no son buenas, no reconoces que tu comportamiento de negocios los irrita -y posiblemente con ello estás perjudicando tu ascenso. Aunque tu desempeño laboral es excelente no podrás avanzar a no ser que cuentes con el respeto del personal con quien trabajas. Eso no quiere decir que seas íntima de todos en la oficina, pero sí necesitas su aprobación y reconocimiento.

Los siguientes son algunos puntos que hay que considerar para avanzar en tu carrera:

Cierra tus labios -especialmente cuando te sientas tentada a contar algo de la vida personal de un compañero. Nunca sabes si alguna vez vas a necesitar de su confianza. Expresiones hirientes, acusaciones e indiscreciones pueden contribuir a que los demás a tu alrededor te hagan la vida imposible.

En lugar de quejarte, guarda silencio -ya una vez que hayas ganado tu reputación de quejumbrosa, tus lamentaciones empezarán a caer en oídos sordos y los compañeros a desconectarse. La próxima vez que te sientas desesperada por revelar tus pensamientos tóxicos, manda un detallado correo electrónico exponiendo tus frustraciones a alguien fuera de la oficina, esa persona te consolará, pero lo más importante es que hayas tenido un silencioso desahogo de ansiedad.

Desesperadamente buscas comprensión -cuando alguien te pregunta que cómo has estado, tiendes a contestar: "No muy bien" y a esto le sigue una serie de males y dolencias. Esta actitud dolorosa te convierte en la persona más solitaria de la oficina. Es imposible respetar a alguien y al mismo tiempo compadecerla, soporta tus dolencias con discreción y no atosigues a tus compañeros con tus padecimientos.

No pierdes oportunidad de "hacer la barba" -de seguro te ha de gustar socializar con tus compañeros, pero siempre estás pendiente de las oportunidades para lograr un intercambio con alguno de los ejecutivos. Si exageras esta última práctica, tus compañeros lo van a resentir y lo van a hacer evidente.

Coquetear cuando se pueda es tu lema -no pasa nada si coqueteas un poco cada vez que un compañero o un visitante pasa por tu escritorio. Tú piensas que esta atención extra halaga el ego masculino; pero ten cuidado. Esto te hace el objeto de burlas por parte de tus compañeras y los compañeros pensarán que estás usando tu sexualidad para salir adelante y llegarán a la conclusión de que careces de preparación.

Ventilando una actitud venenosa -tus actitudes se basan en lamentos, quejas y refunfuños en las reuniones esporádicas del personal. Persisten tus constantes críticas que hacen que todos los que te rodean se sientan mal. Podrás sentirte superior haciendo añicos la empresa, pero todos piensan que si encuentras tu trabajo tan desastroso, por qué no buscas colocarte en otro lugar.

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