A pesar de la humedad que se ha presentado en el bosque duranguense y a que los árboles tienen más vigor, el último reporte de la Conafor en materia de plagas forestal señala que sigue creciendo el número de hectáreas infectadas.
Este aumento es mínimo y de julio a la fecha han pasado de siete mil hectáreas de árboles dañados con plaga a ocho mil, aunque se mantiene el mismo número de superficie que está siendo vigilada con 54 mil.
Miguel Ángel Olayo, delegado de la Comisión Nacional Forestal comentó que hasta ahora, de las ocho mil hectáreas totales de bosques plagados, el 65 por ciento ha sido derribado para que se les dé el tratamiento adecuado.
Estas ocho mil hectáreas de árboles representan un total de 79 mil metros cúbicos de madera, que a decir del delegado de la Conafor, este volumen representa la cantidad de madera que suelen trabajar dos aserraderos de grandes dimensiones al año.
En la entidad las autoridades forestales y sanitarias autorizan la extracción anual de dos millones de metros cúbicos de madera, por lo que los 79 mil vienen representando casi el cuatro por ciento del total de la madera que se extrae anualmente.
SANEAMIENTO CORRECTO
El trabajo de saneamiento que se está dando continúa reforzándose en las zonas plagadas, una vez que se detecta el árbol, se derriba, ya en el suelo se le da un tratamiento químico, es decir, se desinfecta, se descorteza, posteriormente se procede a limpiarlo para después darle el tratamiento adecuado para sacar la madera de la zona.
Esta madera, los dueños del bosque tienen el permiso de las autoridades correspondiente para comercializarla, independientemente de la cantidad de madera autorizada anualmente para su extracción.
