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SU SALUD BUCAL

Dr. Manuel Acuña Cepeda

RELACIÓN DIENTE-IMPLANTE

A través del tiempo con el conocimiento experimental y aplicación de las restauraciones con implantes o tornillos colocados en hueso de la boca ha llevado al surgimiento de varias ideas o "verdades " por ejemplo: Que en teoría los dentistas debían colocar los implantes donde hubiera suficiente hueso aunque esto significara un dilema para diseñar la prótesis dental lo que fue causa de más de unos cuantos desastres. Con el tiempo y con la tecnología del injerto óseo que era esencialmente inexistente en los 80 hemos descubierto que esta teoría se aplica sólo en situaciones en las que no se puede añadir o crear hueso. Otra "Verdad" aceptada por los dentistas restauradores es que los dientes naturales no se pueden conectar directamente a los Implantes "Posiblemente" bajo el criterio que cuando dos objetos cualquiera conectados, las fuerzas aplicadas a uno afecta al otro y si el dentista aplica cualquier fuerza a un diente ferulizado o unido el diente o dientes conectados también sufrirá una fuerza. Al inicio de los 80 no había implantes con característica antirrotacional en cambio en la actualidad los dentistas implantólogos y restauradores colocan implantes con diseños denominados de hexágono interno, hexágono externo o cono Morse. Éstas son áreas de conexión y parte importante que une el implante con el aditamento a la estructura colocada encima o sea la rehabilitación protésica. En 1982 Branemark realiza los primeros implantes de cabeza hexagonal que alineaban al implante durante la inserción pero la superficie del muñón donde se coloca el diente o muela postiza era plana y debido a que éste carecía de la característica antirrotacional todas las restauraciones de implantes requerían ser ferulizadas o unidas para que los tornillos no se aflojaran. La historia de conectar dientes con implantes, la mecánica de la conexión entre ambos y los riesgos tiene su base en hechos del tiempo en el que fuera promulgado este concepto. Hay que recordar que en aquellos años los dentista colocaban implantes donde podían y luego los fijaban ya sea a dientes o a implantes esto con la idea de prevenir la rotación y el aflojamiento. Además es importante considerar que en esa época los dentistas colocaban prótesis conectando dientes a implantes de manera regular a menos que dos implantes permitieran unirse entre sí. A pesar de los logros realizados el dentista tenía fracasos de aflojamiento y fractura del implante y/o la prótesis, lo que se consideraba ligado a la carga. En 1984 la compañía de los implantes tipo core vent actualmente zimmer dental diseña el primer tornillo con característica antirrotacional, el implante presentaba la característica de que en su cuerpo interior el muñón externo era cementado y aunque esta parte que soporta la corona o prótesis fuera cilíndrico el clínico podía realizar muescas para evitar que existiera la rotación. En 1988 en la Universidad de Los Ángeles, California (UCLA) el Dr. John Beumer realiza el primer muñón con retención, un tornillo con característica antirrotacional el cual era ajustable y vaciado a partir de un cilindro plástico simple que se atornilla dentro del implante y puede ser modificado con cera a la forma o contorno deseado. Este tipo de muñón vino a permitir la posibilidad de realizar restauraciones que podrían ser cementadas o atornilladas para su recuperación. En la actualidad los beneficios obtenidos por estos investigadores permiten a los dentistas contar con herramientas que cuando se aplican apropiadamente se puede conectar dientes aumentando la predictibilidad y calidad de la odontología restauradora o prótesis.

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