SE VISTIÓ DE AMARILLO; INDURÁIN
El primer ciclista en conseguir cinco títulos consecutivos en la Tour de Francia, el más respetado de los últimos años, el portento de España, el individuo tímido y el agresivo pedalista que conquistó el mundo a finales del siglo pasado.
Aunque sus propios compañeros de época lo consideraban un extraterrestre, Induráin sufrió quizás mucho más que ellos para poder consagrar su nombre entre los hitos del ciclismo, al final de cuentas terminó siendo lo que ellos decían el más grande de todos los tiempos, término muy discutido, sólo por la cuestión de gustos personales.
Aprovechando su gala española y que montaba, aunque una bicicleta, para sus batallas, le nombraron el Quijote del ciclismo, sus hazañas no fueron escritas en novela, sino en las competencias más sonoras del mundo.
Dando un repaso por su legado o palmarés, encontramos lo siguiente: Al llegar a Pamplona para estudiar, procedente de su natal Villava, en la provincia de Navarra en España, Miguel reclamaba el cambio de ciudad y se refugió en los deportes, supo canalizar sus energías esquiando, lanzando jabalina y bala, salto de longitud y con garrocha, convirtiéndose en un verdadero atleta, pero también acompañado de su hermano Prudencio y sus hermanas Isabel y María, le tomó gusto a las bicicletas.
A los 12 años fue invitado al equipo infantil de la localidad, ganó su primer competencia en Elizondo, un poblado cercano, su premio fue un refresco y un pan, se conformó con poco desde entonces.
El entrenador del equipo solicitó a su padre, don Miguel que permitiera viajar a su hijo con otros niños a una competencia, pero la preocupación era en dónde dormirían y qué comerían con el triste presupuesto, el entrenador no dudó: ?Solventaremos los gastos con el primer lugar que obtendrá el pequeño Induráin?, así ocurrió.
Como aficionado, ganó más que los trofeos, el reconocimiento de los conocedores, catalogándolo como un portento, algo que decidió explotar a los 18 años cuando en alguna ocasión comentó: ?Nunca pensé que iba a dedicarme al ciclismo profesional. Empecé en esto como un pasatiempo, las cosas me iban bien. Comencé a plantearme si iba o no a ganarme la vida encima de una bicicleta, con 18 años tenía muchas dudas en mi cabeza?.
Reynolds fue el equipo que lo fichó como profesional en 1985, en las provincias españolas ganó todo lo que se le presentaba, año con año fue incrementando sus victorias y las vitrinas eran pequeñas para tanto trofeo, la nación era ya dominada por Induráin y en 1989 obtuvo sus primeros dos galardones internacionales.
Para 1990 fue firmado por Banesto, un equipo más potente y en donde tendría también más proyección; en su primer año ganó por segunda ocasión la competencia París-Niza y su posición en la Tour de Francia mejoró notablemente, terminó décimo, luego de haber abandonado en Francia en sus dos primeros años, ?85 y ?86, fue lugar 97 en 1987, al año siguiente subió 50 posiciones, aún lejos de los líderes, para 1989 estuvo en la posición 17 y en su primer año con Banesto, como escolta principal de Pedro Delgado, máxima figura del equipo llegó décimo.
Luego de seis años de participar y no destacar en la competencia por etapas más importantes del mundo, en la Tour de Francia, en 1991 llega una vez más a tratar de sorprender, los pronósticos no lo acompañaban, menos cuando el estadounidense Greg Lemond tenía ya tres títulos en su haber.
Eso no fue impedimento para que en la etapa ocho diera la primera campanada; era la primera Contrarreloj de 73 kilómetros en la que imprimió sus piernas a tope para ganar su primera etapa y quedar a 2:17 de Lemond que tenía el suéter amarillo.
En la etapa 13, en el mítico Tourmalet, el italiano Chiappucci e Induráin emprenden la fuga de 60 kilómetros, la etapa la ganó el experimentado italiano, pero el liderato de la competencia lo tomó el hispano, el suéter amarillo no lo soltó durante cinco años.
Induráin ganó lo que nadie ha podido hacer, cinco títulos consecutivos en La Tour, la reina de las competencias de ciclismo, es por eso que su nombre brilla al parejo de un Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernad Hinault o el mismo Lance Armstrong.
Los calificativos le sobraron, Claudio Chappucci le decía ?El Extraterrestre?, Gianni Bugno le bautizó como ?La Moto?, pero quizás la mejor descripción que de él hicieron es: ?Le ves ahí, atacando, con la sonrisa en los labios y no sabes si se está ahogando, si está disimulando, o es que se va riendo de ti?.
Pero su carácter, ese forjado, precisamente por el largo andar y los muchos kilómetros recorridos antes de llegar a la cima, le hicieron pensar: ?He llegado al máximo, a partir de ahí, o te mantienes o te vas para abajo. En el deporte lo bonito es luchar por la victoria y si el otro es mejor que tú y te ha ganado, no puedes hacer nada. Siempre he aceptado las derrotas, además, si te tomas la gloria muy fuerte, entonces quizás la derrota será también muy fuerte?.
No sólo se consagró por los cinco Tours consecutivos, adornó su poderío con dos dobletes consecutivos, el Giro de Italia y Tour de Francia en 1992 y 1993; además, ganó dos prólogos y diez etapas en el Tour.
Miguel, nació el 16 de julio de 1964 en Villava y su nombre completo es Miguel María Induráin Larraya Eugui y Navarcorena.
