Es un lugar muy concurrido. Casi 300 vehículos de todos modelos y marcas en un solo sitio atraen a familias enteras. El espacio que durante años fue sólo un enorme terreno bardeado, ahora, cada domingo se asemeja más a un parque de diversiones. Comprar o vender autos usados, de preferencia americanos, es un gran negocio.
?Trae aire acondicionado y quemacoco. Es modelo ?95, compa. Se lo dejo en 34 mil pesos, nomás para que ya salga?, le dice el vendedor de un compacto americano a uno de los tantos clientes potenciales que se pasean por los pasillos de autos enfilados en el inmueble.
Afuera, tránsitos y una ambulancia resguardan en la medida de lo posible la venta. Adentro, ni un policía preventivo entra por si se llega a ofrecer. ?Tiene razón? -acepta XXXX, encargado del tianguis de autos ubicado frente a un multicinema-, ?sí hacen falta unos policías porque mucha gente viene aquí con mucho dinero en la bolsa... no sé... 20 ó 30 mil pesos cuando ya quiere comprar un carro?.
Abundan las camionetas cerradas llamadas minivan, hay de todos precios y a la mayoría les dicen ?chocolatas?, por su estancia ilegal en el país. La práctica de la compra y venta de ese tipo de bienes ahí es común, pues los encargados de la organización del tianguis estiman que son mayoría los autos o camionetas norteamericanos.
En promedio, un 60 ó 70 por ciento de los vehículos que aquí trae la gente son ?chocolatos?; el resto solamente son mexicanos o fueron nacionalizados en algún programa de regularización, reconoce uno de los organizadores de lo que ahora sí es, afirma él mismo, una empresa privada.
A pesar del riesgo y las contrariedades que implica adquirir una unidad de procedencia extranjera, la realidad es que también son las únicas que pueden estar al alcance del bolsillo de miles de familias duranguenses, explica Francisco Javier Reyes Ortiz, líder de la Organización del Patrimonio Familiar, Onappafa.
Según estiman diversas agrupaciones que se dedican a empadronar vehículos cuya importación temporal en México ya se venció, o que de plano fueron cruzados por la frontera sin ser reportados ante la autoridad hacendaria nacional o americana, en el mes de diciembre habrán llegado a Durango no menos de tres mil nuevos automotores.
Reyes Ortiz explica: ?Se hizo un cálculo de que vendrían con sus autos unos tres mil ?paisanos? al estado, de los cuales la mayoría los deja aquí a sus familiares o los venden. Pero hubo muchos otros que no son ?paisanos?, y que sin embargo también acrecentaron el número de ?chocolatos? en Durango?. Un dato oficial nadie lo tiene, ni lo podría tener.
El tianguis del auto fue reubicado de su localización inicial. Se instalaba a la vera del inicio de la carretera Durango-Mazatlán, pero era peligroso. Uno de los que organizaron la reubicación fue XXX, quien detalla: ?Estábamos generando molestias, es verdad. Por eso buscamos este terreno del señor Juan José Bruciaga. Él estuvo de acuerdo y la gente ha respondido muy bien, trayendo los autos a vender o viniendo a comprar acá?.
Nunca, desde las siete de la mañana y hasta las cuatro de la tarde, el desfile de unidades automotices no se detiene; hay de lujo, de trabajo, deportivas, de carga, de viaje, familiares y de todas las características, colores y estilos.
Mientras el sonido autostéreo de algunos coches se oye a lo lejos como una orquesta sin director, cada automovilista ingresa al gran terreno tras haber pagado su cuota, que es de 15 pesos por unidad si la quiere vender; de lo contrario, el acceso es gratis y se direcciona el vehículo a otra zona donde no hay comercio. Ahí están casi 100 coches.
?Somos el tianguis de autos que cobra más barato en todo el país. Mientras aquí se les piden 15 pesos por vehículo, en la mayor parte de los que he visto del país les cobran 30 ó 40 pesos?, puntualiza XXX.
El run run de una camioneta 4x4 ensordece a los que están cerca. Su motor es de ocho cilindros y la extravagancia de su estilo en pintura e interiores convence al joven señor de que la debe comprar. Ya había vendido horas antes la unidad que él había traído a ofrecer.
?Yo me voy a Laredo, Tamaulipas, de allá traigo los muebles que vendo; por eso puedo darlos a buen precio. Estoy aquí mientras empiezan a salir, y entonces, cuando vendí aunque sea unos dos autos, me regreso a la búsqueda de otros que puedan venderse rápido. A eso me dedico?, explica un señor de 43 años, quien desconfía de las malas interpretaciones... y de Hacienda, por eso prefiere no proporcionar su nombre.
Para muchos, ésa es su vida. La ganancia sirve como sueldo o salario, lo que es del negocio, se vuelve a reinvertir. Saben que se está dando a conocer en medios de comunicación acerca de la importación de autos a partir de este año; sin embargo, como la información es confusa, la gente sigue optando por no aparecer en registros vehiculares, y de paso por no pagar ningún tipo de contribuciones.
