En el atardecer del pasado 20, ocurrió otra inolvidable experiencia, de las muchas que hemos tenido a lo largo de casi 60 años viviendo en esta casa siglera. Vimos de cerca la reacción valiente y decidida de mucha gente, protegiendo, asistiendo y cuidando a niños y adultos.
El pánico invadía al Territorio Santos Modelo, pero ahí estaba la respuesta de un pueblo hecho grande ante la adversidad, por ello decidimos de niños formar parte de él a pesar de no haber nacido aquí. Nos gustó y encantó la forma en que esta gente afronta los retos, por grandes que sean.
Hoy vivimos tiempos difíciles, pero tendrán que superarse, además, el deporte debe estar aparte de estos problemas, porque debe haber espacios para que los niños y los jóvenes sigan haciendo rodar un balón, soñando y formándose para un mejor mañana.
Esto lo sabemos todos, por ello nuestro respeto y respaldo a gente como Alejandro Irarragorri, que da la cara y anhela seguir ofreciendo espacios y espectáculos de lo mejor en el mundo, también para Oswaldo Sánchez, a quien le faltaban brazos y cuerpo para proteger a sus hijos en el estadio.
Y después, el mismo Oswaldo andaba de un lado para otro pidiéndole a la gente serenidad y hablando de esta bendita tierra donde hay mucho todavía por hacer. Nuestro respeto y reconocimiento para tantas personas que protegían con su cuerpo a niños, pese a que las balas no pasaban cerca.
No somos valientes, tal vez, pero no podemos ni queremos formar parte de esa gente que se esconde bajo la cama, donde los ratones no gustan de compañía mucho menos las cucarachas. Ayudemos todos a que el deporte siga adelante, porque estamos todos involucrados, todos, absolutamente todos.
