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Corrupción

Significa la descomposición de la materia orgánica que proviene del ciclo de la vida. La vida implica una organización íntima y maravillosamente complicada que tiene como objetivo el funcionamiento vital de un ser, al morir ésta organización se pierde, apareciendo el caos en el cosmos (orden) molecular, el carbono, oxigeno, nitrógeno, hidrógeno y todos los demás átomos y moléculas que nos forman regresan a la naturaleza.

Es curioso saber que la materia desorganizada de la que estamos formados se cotiza en el mercado en cinco pesos, la intricada organización de la vida hace posible que la materia llegue incluso a tener conciencia de sí misma como nos sucede y que el valor de la vida, en especial la humana, no se pueda determinar en forma concreta.

Socialmente hablamos de corrupción cuando no existe obediencia a las normas legales o éticas a las que estamos sujetos, dichas reglas pueden manipularse en búsqueda de provecho propio por lo que la corrupción se hace más difícil de distinguir quedando sólo en el sentido difícil de definir de legalidad o justicia.

Las leyes y normas en la infancia no se entienden en su esencia, pero han de ser obedecidas, como adultos y desde el inicio de la adolescencia.

Cuando el pensamiento abstracto comienza, las normas y leyes se filtran o debieran de filtrarse por dicha capacidad, de esta manera la vida puede tener un sentido desde el punto de vista humano, después de la infancia sólo con la aceptación interna se pueden obedecer; cuando se encuentran fallas importantes en el sentido y esencia no son aceptadas y por lo tanto cuando existe la oportunidad de no obedecerlas sin recibir castigo o perder algo valioso se rompen.

Cuando no se estimula la parte abstracta del pensamiento, las reglas se obedecen ciegamente por lo que no se caería en la corrupción concreta o superficial.

Las consideraciones anteriores han de ser pensadas y usadas por las personas para una existencia más segura, disfrutando del respeto y respetando a los demás; sin embargo es algo difícil de alcanzar debido a las fuerzas internas y externas que nos empujan a una lucha para sobrevivir o para obtener poder económico o social alejándolos de esta necesaria utopía.

Tanto para las personas como para la naciones es difícil librarse de la corrupción concreta o profunda debido a lo aún primitivo de nuestros sistemas económicos y sociales donde la fuerza, conocimientos científicos y habilidades tecnológicas son usados con excesiva frecuencia por sobre los intereses reales de la humanidad.

La corrupción es como en la materia orgánica que proviene de seres vivos que murieron perdiendo las uniones, objetivos, esfuerzos y funciones.

La mayoría de las naciones, sociedades e individuos vivimos en estructuras donde el miedo y no la convicción razonada desminuye parcial y temporalmente una mayor y desastrosa desorganización.

La corrupción se hace más generalizada e intensa en países pobres donde la lucha por sobrevivir dentro de una sociedad mal integrada y disfuncional no favorece los impulsos de solidaridad entre las personas o con la sociedad; también se observa en países ricos y poderosos lo que tiene un impacto globalizado grave.

La corrupción en los ciudadanos comunes, personas con poder, instituciones públicas y gobierno hacen que nos alejemos de la participación integrada y responsable con la humanidad, comunidad y país.

Las ideas que exaltan la ética y solidaridad humana tienen poco impacto si se compara con el que tiene la realidad que empuja a la lucha, miedo, desconfianza y a la obtención de fuerza a como de lugar para tener más seguridad individual y familiar ya que la sociedad es incapaz de darla razonablemente.

Existen países con estructuras sociales más exitosas donde la corrupción es limitada elevando con ello el desarrollo y bienestar en sus ciudadanos, la educación es de alta calidad, no existen grandes problemas económicos y las leyes son más igualitarias, algunos países como Holanda, Noruega, Bélgica y Suecia entre otros, tienen de acuerdo a las valoraciones internacionales niveles bajos de corrupción, otras sociedades en cambio caen en este círculo maligno difícil de vencer bajando con esto las posibilidades de lograr un desarrollo nacional, social y personal.

La corrupción es uno de los problemas importantes de México, tiene raíces en su historia y costumbres donde la traición, el uso de la fuerza, el autoritarismo, discriminación racial, económica y social entre otros factores nos han acompañado desde el inicio.

Luchar contra ella es labor de todos, pues aunque existen muchas excepciones la expresión de un ex presidente de que “la corrupción somos todos” es básicamente correcta; sin embargo es de más utilidad examinarla como el resultado de estructuras personales y sociales ineficientes y no sólo como una simple inmoralidad.

Es importante que los ciudadanos construyamos confianza en las instituciones y las personas que las manejan (con la participación indispensable y obligada de ellos), ayuda que la calidad en la educación aumente, que seamos tratados por las leyes en forma parecida y no con las diferencias que irritan, estar atentos a que la mercadotecnia no supla la realidad, mejorar la distribución de la riqueza, tener autovalía alta y respetar a los demás.

Son muchos los obstáculos, sin embargo nuestra voluntad de vivir en una sociedad más adecuada para nuestros hijos y nietos y la posibilidad de que los líderes sean más honestos y menos manipuladores es nuestra esperanza para un país y sociedad mejores.

Para referirnos en forma adecuada al término corrupción es necesario considerar lo que significa, por ejemplo el que un individuo integrado con los demás por medio de razonables normas que benefician al grupo por algún motivo interno o externo deje de mantener el compromiso, disminuye la emoción de partencia y en forma individual manipula en su particular provecho o rompe con las reglas, o bien que una estructura social integrada y funcional por factores importantes deje de estarlo.

En las sociedades pobres este compromiso comunitario, tanto en los individuos como del gobierno es frágil, por lo que la manipulación y delitos se hacen generalizados sin el sentimiento sano de culpa, en estos casos no se puede hablar de regresión corrupta cuando incluso no ha existido integración funcional.

La corrupción o falta de estructura social respetada y obedecida es un gran obstáculo para nuestro desarrollo intelectual, emocional y material, además de ser un riesgo enorme para las generaciones futuras, la solución la debemos buscar todos.

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