Problema. Los productores enfrentan pérdidas porque ha subido de precio el alimento del ganado, por lo que piden que se les aumente un peso el precio de cada litro de leche y que lo absorban las empresas.
El Gobierno Federal propuso a los lecheros secar el producto para destrabar su problema pagando el estímulo a 1.20 pesos, lo que satisfacería la demanda de aumento de un peso que piden a nivel nacional. Los ganaderos confían en que se avance en esta propuesta, pues la industria está renuente a incrementarles el precio.
Otros acuerdos son que, de no haber solución, entregarán el ganado al Gobierno Federal si no hay apoyos a 25 mil pesos por cabeza; también quieren un ordenamiento del mercado nacional.
Así lo informó Conrado Antúnez, tesorero del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche. Dijo que si no hay respuesta esta semana a sus peticiones, están dispuestos a tomar las instalaciones de las industrias.
"La otra es la participación de la industria precisamente en el aumento de los productores nacionales, pero está muy renuente", manifestó.
Antúnez dijo que la Sagarpa les informó que ya tenía presupuesto y las condiciones económicas para apoyar a los productores que manden la leche a deshidratar y que la conviertan en polvo, de modo que subsidiaría con 1.20 pesos, lo que rebasa la propuesta de los propios ganaderos.
"Es lo que nos presenta la Secretaría como urgente por la gran problemática que tenemos nosotros, entonces nosotros también estamos provocando que le entreguemos las vacas, si no quiere apoyar en un esquema diferente para conservar la ganadería a nivel nacional", comentó.
Señaló que si no se llega a un acuerdo en los próximos días, se ha ventilado que se tomarán acciones más radicales, que pudieran incluir la toma de la industria a nivel nacional.
"Con todos los riesgos que esto implica, es la última propuesta", comentó.
Los ganaderos lecheros se manifestaron recientemente en la Secretaría de Hacienda de 21 estados del país para demandar un aumento de la leche sin que ello perjudique al consumidor final.
El siglo de torreón / Archivo
