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LA TRAGEDIA DEL TITANIC

Por: Jacobo Zarzar Gidi

Durante la cena celebrada una noche de julio de 1907, J. Bruce Ismay, director gerente de la naviera White Star Line, y Lord James Pirrie, presidente de la compañía de construcción naval Harland & Wolff, con sede en Belfast, concibieron la idea de construir tres fabulosos barcos para competir en este lucrativo negocio.

Serían el Titanic, el Olympic, y el Britannic, los más grandes objetos móviles jamás construidos por el hombre.

Firmados los acuerdos y hechos los anuncios correspondientes, los ingenieros navales diseñaron los planos en la iluminada oficina de proyectos de Harland & Wolff. En los tableros de dibujo fueron surgiendo las grandes escalinatas, las amplias cubiertas, el gimnasio, la piscina cubierta, el baño turco, suites lujosas con paseos privados y amplios camarotes de tercera clase para atraer el lucrativo negocio de los emigrantes. Para estar a la vanguardia en materia de seguridad, se incorporaron al diseño un doble fondo y dieciséis compartimientos que no dejaban filtrar el agua. Según una publicación técnica de 1911: “Esos compartimientos son muy completos, y están dispuestos de manera tal que podrían inundarse dos de ellos sin que la seguridad del buque se viera comprometida en forma alguna.”

El Olympic llevaba ya tres meses en construcción cuando comenzaron los trabajos del magnífico Titanic con la colocación de la quilla (parte inferior del casco que sostiene toda la armazón). Era el 22 de marzo de 1909. Durante los veintiséis meses siguientes, los empleados de los astilleros de Harland & Wolff trabajaron nueve horas al día, seis días a la semana, para construir el casco. Se utilizaron más de tres millones de remaches para asegurar las dos mil chapas que conformaban el casco del Titanic. Se hizo uso en la mayor medida posible de remachadoras hidráulicas, pero parte del trabajo se llevó a cabo también manualmente.

El casco del Titanic estuvo casi acabado a principios de la primavera de 1911. Con un tiro de ocho caballos se transportó al astillero la gigantesca ancla central de 15 toneladas de peso para su instalación. El 31 de mayo de 1911, el Titanic permanecía orgulloso de su estructura, listo para su botadura. Después de una breve inspección de última hora, acelerada por el estallido de los cohetes y las calurosas aclamaciones de más de cien mil espectadores, el casco vacío del Titanic se deslizó con gracia hacia el Río Lagan, sobre veintidós toneladas de sebo, aceite para trenes y jabón. Sin estar aún equipado con sus célebres cuatro chimeneas, calderas, motores y demás maquinaria pesada, el Titanic se adentró en el agua y fue remolcado al muelle de armamento.

Desde junio de 1911, hasta finales de marzo de 1912, más de tres mil carpinteros, técnicos, electricistas, fontaneros, pintores, mecánicos, diseñadores de interiores, y artesanos de todas las disciplinas, se afanaron en equipar el Titanic con la última tecnología marítima y los muebles más suntuosos. El periódico de mayor circulación en Irlanda pregonaba su éxito diciendo: “Los constructores del Olympic y del Titanic, poseen una experiencia inigualable en la construcción de grandes buques de pasajeros, añadiendo ahora un triunfo más a los muchos de su larga lista.”

El motor principal de babor se construyó de nueve metros de alto, y tenía dos motores alternativos, cada uno de ellos de cuatro cilindros, a través de los cuales pasaba el vapor a alta presión, impulsando los ejes de cola. Las tres colosales hélices del Titanic fueron instaladas el 3 de febrero de 1912, mientras se avanzaba en el equipamiento. Fabricadas en bronce, las dos hélices laterales medían 8, 11 metros, y la hélice central medía 5, o 6 metros. Las sirenas, también de bronce, eran las más grandes que jamás se habían hecho. Se operaban eléctricamente desde el puente, y en caso de mal tiempo podían programarse para que sonaran automáticamente durante diez segundos cada minuto. Contrariamente a la creencia popular, las sirenas no sonaron durante la evacuación del buque, sólo a la salida del puerto y al mediodía durante la travesía. La compañía Harland & Wolff erigió esta catedral de hierro para albergar la construcción del Titanic con 256 metros de largo y 69.5 de alto, siendo el andamiaje más grande del mundo.

Después de todo un día realizando pruebas en el mar, el Titanic obtuvo su certificado de navegabilidad. Con ello, Harland &Wolff entregaba de manera oficial el control del buque a la White Star Line. Con una despedida a su lugar de nacimiento, Belfast, el Buque de Vapor Correo Real de triple hélice se dirigió a su puerto de matrícula, Southampton. Durante el viaje de 1, 056 kilómetros, la tripulación se ocupó en conocer los detalles del barco nuevo.

Regio y poderoso, el Titanic soltó amarras y zarpó de Southampton el 10 de abril de 1912. El viaje inaugural había comenzado bajo el mando del capitán Edward J. Smith, quien trabajaba para la White Star Line desde 1886. Con sesenta y dos años de edad, era el comandante de mayor antigüedad en la naviera, y estaba al mando de cada embarcación nueva en su viaje inaugural.

Tras detenerse para recoger nuevos pasajeros y correo en Cherburgo y Queenstown, el exquisito gigante puso rumbo a Nueva York a través del Atlántico norte. Era la 1:39 p.m. del 11 de abril de 1912. Cada hora transcurrida llevaría a las 2, 228 personas a bordo del buque cada vez más cerca de un desastre que acabaría con la vida de 1, 523 de ellas. Sin embargo, los pasajeros y la tripulación del Titanic estaban tan confiados en la fortaleza y en la seguridad del barco, que más de uno se atrevió a decir en voz alta: “¡Es tan poderoso, que ni el mismo Dios lo podría hundir!”

CONTINUARÁ EL PRÓXIMO DOMINGO. [email protected]

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