EL PAÍS | AGENCIAS
BAGDAD, IRAQ.- “Nuestra misión en Iraq es vital”, dijo ayer el presidente George W. Bush en su primera reacción pública tras el derribo, el pasado domingo, del helicóptero estadounidense en el que murieron 16 soldados. Presionado por los candidatos demócratas, que denuncian la ausencia de una estrategia clara, y por una opinión pública dividida al 50 por ciento en su respaldo o condena al manejo presidencial de la posguerra, Bush aseguró que “EU jamás huirá” de Iraq.
A pesar de los esfuerzos de contención de las imágenes y las malas noticias sobre Iraq, el derribo del helicóptero de transporte Chinook CH-47 ha causado una fuerte conmoción en la sociedad estadounidense. Bush lo admitió dedicando un recuerdo a las víctimas y subrayando que lo que ocurre en Iraq está directamente relacionado con los intereses nacionales de EU: “Algunos de los mejores han caído en su servicio a sus compatriotas. Estamos de luto por cada uno, honramos cada nombre, sufrimos con cada familia”.
Según los últimos sondeos, la mitad de la población censura la manera en la que Bush está dirigiendo la posguerra. En su discurso de ayer, pronunciado en Alabama y dedicado esencialmente a la economía, Bush reiteró su determinación de mantener el rumbo: “El enemigo en Iraq cree que los norteamericanos saldrán corriendo. Por eso están matando civiles inocentes, miembros de organizaciones de ayuda y tropas de la coalición. Pero EU jamás huirá”.
La preocupación de los expertos militares sigue siendo el margen de maniobra que los grupos armados tienen determinadas zonas de Iraq para hostigar a las tropas y atentar contra comisarías iraquíes y los arsenales de que disponen, desde misiles tierra-aire como los que derribaron al helicóptero hasta morteros como los que ayer hicieron impacto en el centro de Bagdad.
Bush no ofreció nuevos detalles sobre los planes de EU para mejorar la información sobre el terreno, intensificar el entrenamiento de policías iraquíes y acelerar la entrega de competencias a las autoridades provisionales, y se limitó a decir: “Tenemos a los mejores y a los más valientes al acecho. Ganaremos la guerra contra el terrorismo, no tengo ninguna duda”. La perspectiva es otra para los candidatos demócratas que aspiran a pelear la presidencia dentro de un año. El más radical ayer fue Dennis Kucinich, el único de los candidatos que están en el Congreso que votó en contra de la resolución que autorizó la guerra de Iraq: “Esta desastrosa misión debe acabar antes de que se pierdan más vidas. Es hora ya de traer las tropas”. Sin llegar tan lejos, el congresista Dick Gephardt y el senador John Edwards insistieron en que es urgente que EU amplíe la presencia militar de otros países en Iraq. Por su parte, el ex general Wesley Clark dijo: “Hemos sido mal dirigidos a este conflicto y no hay una auténtica estrategia para salir bien de él”.
Se endurece resistencia
En tanto al menos tres personas murieron cuando una bomba estalló ayer a las afueras de un hotel usado por peregrinos iraníes en la ciudad santa shiita de Karbala, 90 kilómetros al sur de Bagdad, dijeron funcionarios locales.
Los funcionarios chiítas dijeron que la bomba aparentemente fue colocada en un auto cercano y dañó la fachada del hotel.
Según declaraciones del ex viceprimer ministro iraquí Tariq Aziz, la resistencia guerrillera se está endureciendo en contraste con la aplastante derrota del ejército de Iraq, causada en parte porque Hussein pensó que se trataba sólo de un amago.
Mientras tropas estadounidenses con vehículos Humvees resguardaban ayer el sitio en que cayó el helicóptero, varios pobladores celebraban el derribo, que consideraron como un regalo perfecto para conmemorar el mes santo musulmán del Ramadán.
“Usualmente celebramos el Ramadán al final del mes. Ahora estamos celebrando en el inicio después de que estos americanos infieles fueron derribados”, dijo el taxista Abdullah Hissein.
En la madrugada de ayer, 18 de los heridos llegaron a la base de la fuerza aérea estadounidense en Ramstein, Alemania. Una portavoz del ejército en Bagdad dijo que algunos serían atendidos en el Hospital Landstuhl, cerca de la base.
