Platón afirmaba que la economía es el arte que nos libra de la pobreza, sin embargo, tanto a nivel nacional como local históricamente las decisiones que han tomado las autoridades en turno han estado alejadas de dicha premisa.
En Torreón ha sido evidente, por décadas, la falta de un proyecto a largo plazo que busque el desarrollo con un beneficio económico para el grueso de la población y que al mismo tiempo sea sustentable. Por el contrario, se ha apostado por proyectos que han causado severos daños al medio ambiente. Ejemplo de ello es la sobreexplotación de los mantos acuíferos.
Dicha sobreexplotación ha sido, en gran medida, consecuencia de la falta de conciencia de los productores quienes al no pagar por el agua, la usan de manera indiscriminada. Pero no sólo los productores son los responsables de la escasez de agua que actualmente sufrimos, la sociedad en su conjunto también es responsable de la sobreexplotación del acuífero que ha derivado en que más de una decena de pozos tenga altos niveles de arsénico.
México es de los países que pagan menos por el agua que usa. Esto ha derivado que no valoremos el agua y por el contrario la desperdiciemos al mismo tiempo que buscamos estrategias para no pagar por ella.
De acuerdo a una nota del periódico español El Mundo, en ese país europeo se paga en promedio diez pesos por litro de agua, mientras que en México la tarifa promedio es de 2.18 pesos por metro cúbico, es decir un precio más bajo a pesar de que en nuestro país la disponibilidad del líquido es menor.
Aristóteles decía que "es la naturaleza la que debe suministrar los medios físicos de subsistencia, tierra, mar o lo que fuere, correspondiendo luego al administrador disponer de estos medios de modo conveniente". Por desgracia, la postura aristotélica ha sido ignorada.
Actualmente el sector agrícola cuenta con mil cien pozos con medidores en la Región, pero hay 700 que extraen sin ningún control. Aunque la Conagua realiza revisiones periódicas a los pozos para verificar que se extraiga sólo lo autorizado, la mayoría de los procedimientos legales que han iniciado aún no se resuelve.
Y es que entre los productores existe apatía por poner su medidor, ya que esto les restringe la extracción de agua. Además mientras que el sector urbano e industrial paga por el servicio, el agrícola tiene tasa cero.
Históricamente en México el sector agropecuario ha gozado de bajas tarifas, justificado en argumentos sociales que parten de la premisa de que la mayoría de los agricultores son personas pobres. En la realidad esto no es así, a pesar de contar con recursos económicos, muchos productores se niegan a tecnificar sus sistemas de riego y a pagar cuotas justas por el uso del agua. Por el contrario recurren al amparo para no pagar por la cantidad de agua que disponen.
La extracción de la Región Lagunera es del orden de los mil cien millones de metros cúbicos y de acuerdo al Estudio Técnico de Actualización del Conocimiento Geohidrológico en la zona comprendida por el acuífero Principal-Región Lagunera, el 83 por ciento del recursos lo utiliza el sector agrícola y pecuario. Esto significa que 913 millones de metros cúbicos de agua van a dicho sector, mientras que la recarga del acuífero es de 510 millones.
Es cierto, este problema no es exclusivo de la Comarca Lagunera. De acuerdo al Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO) el campo mexicano consume 80 por ciento del agua del país y en contraste presenta muy malos rendimientos comparado con otros países.
Según el IMCO en México para obtener un kilo de maíz se utilizan mil 750 litros de agua, mientras que en Estados Unidos se utilizan 490 litros y el promedio mundial es de 900 litros por kilo.
El no cobrar lo justo por el uso del agua ha agravado el problema de la escasez, ya que faltan incentivos para cuidarla. En este escenario el IMCO sugiere que el problema de "escasez de agua está originado más en conductas de demanda con pocas restricciones y no tanto con cuellos de botella en el abastecimiento u oferta. Es más, si los cuellos de botella en el abastecimiento del agua se resuelven sin antes ponerles precio correcto al líquido, el problema se hace más grave, dado que mientras más agua se distribuya, mayores serán las pérdidas económicas del sistema".
Al no haber recursos suficientes, los sistemas de agua municipales se han vuelto ineficaces. De ahí que diariamente litros y litros de agua sean desperdiciados ya sea por fugas o por la falta de conciencia de los ciudadanos.
De acuerdo al Simas tres cuartas partes del agua que extrae para consumo humano -comercial e industrial- no se cobran, ya sea por fugas o por usuarios incumplidos.
El contralor del Simas, Mario Cepeda, declaró a El Siglo de Torreón que un 45 por ciento del agua se pierde por el mal estado en la red de distribución. Dicho porcentaje evidencia la ineficacia del Sistema de Agua.
Cepeda también dijo que del 55 por ciento restante, sólo la mitad se factura y el resto corresponde a "usuarios colgados, desde consumidores domésticos hasta empresas y algunas industrias".
Esta pérdida representa una merma económica para el Simas en un momento en que debe hacer inversiones para mejorar la red de distribución e instalar sistemas de filtración para remover el arsénico del agua potable.
En este escenario es urgente que nos acostumbremos a pagar un precio justo por el agua, pero también a cuidarla. Mientras nadie castigue el desperdicio será muy difícil que alcancemos un desarrollo sustentable, por el contrario la escasez de agua será cada vez mayor. La sociedad en su conjunto, y particularmente los productores, estamos obligados a tomar conciencia de la importancia de hacer buen uso del agua, pero sobre todo las autoridades están obligadas a hacer eficientes los sistemas de agua y aplicar severos castigos a aquellos que la desperdicien y no paguen por su uso.
