Danza de la pluma. Un grupo de danzantes baila al son del tambor frente al altar de San Judas Tadeo.
Al sonido del tambor se aglomera una fila de personas en las afueras de la casa de los Rangel Campa. Saben que después del tradicional rosario y la danza en honor a San Judas Tadeo se sirven las porciones de asado de puerco y sopa de pasta. "Lo hago en honor a 'San Juditas', para que nos siga dando salud y nos cuide de la inseguridad", aseguró doña Guadalupe Rangel, habitante de la colonia Nueva California de Torreón.
Vecinos, familiares y extraños, esperan con recipiente en mano y en una improvisada fila a que la "danza de la pluma" termine sus coreografías frente a ese altar de San Judas Tadeo, a pesar de que el olor del asado cada vez es más notorio entre los asistentes. "¡Primero vamos a rezar!" Es la indicación que doña Lupe da a sus visitantes, mientras tapa las ollas de comida a la entrada de su casa.
Desde hace 10 años, la familia Rangel Campa realiza esta celebración a las afueras de su vivienda para pedir trabajo y salud a sus miembros. "Hemos recibido muchos favores, por eso lo celebramos cada 28 de octubre", dice la señora.
Aunque la crisis ha afectado la economía de la familia, cada vez se compran más porciones de sopa y asado para repartir entre la gente, por lo que tienen que prepararse con semanas de anticipación. "Cada vez vienen más personas, nosotros repartimos hasta donde alcance", comenta Guadalupe.
Una vez terminada la danza, algunas personas se acercan al portón de los Rangel Campa para comenzar con las alabanzas y rezos a San Judas Tadeo, el llamado "santo de los casos difíciles y desesperados", según se lee en una de las imágenes del altar.
"Ahora sí vamos a rezar", dice doña Lupe a los que se acercan. Luego vendrá la deliciosa reliquia.
GUADALUPE RANGEL
Devota de San Judas Tadeo
