El sacerdote anglicano José Landaverde ha hecho frente a algunas dificultades al cumplir su primera semana en huelga de hambre en el centro de Chicago, en demanda de no más deportaciones y la definición de una reforma migratoria.
Pese a que recibe muestras de apoyo de la comunidad, el sacerdote de la iglesia Misión Nuestra Señora de Guadalupe, del vecindario mexicano La Villita, ha enfrentado fuertes lluvias y la negativa de las autoridades de mantenerse de manera permanente en la Plaza Federal.
El religioso ha tenido que moverse a su parroquia, pero sin abandonar su propósito central de llamar la atención con su ayuno al presidente estadunidense Barack Obama, con el reclamo de un alto a las redadas y deportaciones, así como por la reforma migratoria.
Este viernes varios grupos comunitarios extendieron su apoyo a Landaverde, quien se ha vuelto el nuevo símbolo de la lucha de los inmigrantes hispanos a cuatro años de las históricas movilizaciones en las calles de Chicago.
El sacerdote asegura que levantará su huelga 'solo hasta que reciba comunicación de la Casa Blanca sobre mi reclamo, o hasta que el cuerpo aguante'.
Durante un evento de apoyo a su lucha por parte de la Confederación de Federaciones Mexicanas Confemex, el ex presidente de esa grupo, Fabián Morales, externó su preocupación por el daño a la salud que podría generarse en el sacerdote Landaverde.
Ante el propósito del religioso de "defender una lucha por el beneficio de todos los inmigrantes', Morales se comprometió a que su organización estará vigilante de este esfuerzo permanentemente.
Landaverde, en tanto, agradeció las muestras de solidaridad. 'Me llena de alegría saber que no estoy solo. Ya siento los estragos de la falta de alimento, pero me siento comprometido con la causa y seguiré adelante hasta que haya una respuesta', señaló.
