TORREÓN, COAH.- Tal vez las nuevas generaciones desconocen el nombre de Eri Ramiro Amezcua Fletes, pero para quienes vivieron y fueron los primeros aficionados de Santos Laguna, a mediados de la década de los 80s, no lo es.
Eri Amezcua, ingeniero de profesión, es un empresario importante en la actualidad y tiene diferentes bodegas en el Mercado de Abastos de Torreón. En anteriores años participó activamente en la institución santista y trajo a la región reconocidos futbolistas.
La entrada al equipo fue debido a una invitación hecha en aquel entonces por Salvador Necochea en la última temporada de Segunda División, allá por el año de 1987: “Entré al club porque siempre me gustó el deporte y especialmente el futbol, quise participar en una parte proporcional dentro de lo que estuviera a mi alcance, para que este deporte regresara a la primera división en la región lagunera”.
Solamente estuvo cinco años en la organización debido a las grandes cantidades de dinero que tenía que desembolsar para la manutención del equipo: “Entramos con una inversión fuerte en aquellos años, diferente a los costos que se manejan en la actualidad, por lo mismo opté por retirarme en 1991 debido al fuerte impacto que sufría mi economía”.
Menciona que como directivo nunca tuvo queja alguna, su puesto en aquel Santos era de Vicepresidente Deportivo y durante el tiempo que desempeñó dicho cargo, el equipo tuvo dos presidentes, primeramente fue Salvador Necochea y después Paco Dávila.
“En aquel tiempo la institución era como una familia, un negocio de cuatro particulares, ya que los egresos eran de nuestros bolsillos, básicamente era nuestro oficio de tiempo completo”, recalcó quien a la fecha se considera santista de corazón.
Indicó que se le dedicaba de ocho a diez horas diarias al equipo, diferenció que en aquellos años había un gerente administrativo y que no existían los puestos que hay en la actualidad, como lo son el caso de Guillermo Cantú como presidente, Alberto Canedo como vicepresidente administrativo y Gustavo de Villa, quien es vicepresidente deportivo.
Dice que la afición es la misma de años anteriores, aunque se ha vuelto con el paso del tiempo un poco más exigente, porque ya conocen las rachas buenas y también las malas. Reconoció que con Rubén Matturano el equipo empezó a ser identificado a nivel nacional, ya que se armó un buen plantel con las condiciones que se tenían en aquellos tiempos.
“Mientras el equipo tenga el apoyo de la cervecería, va a mejorar año con año. A los actuales directivos les sugiero que no vivan del futbol, sino que vivan para el futbol, porque si hacen malos manejos como se hizo con Martín Ibarreche, los dueños se pueden molestar”.
Advirtió que si al club lo vende la cervecería a empresarios de La Laguna, no hay quien logre manejar al club y solventar los gastos que se generan: “El Santos Laguna para la empresa cervecera no es negocio, tan es así que no se ha hecho un estadio nuevo. Es importante que la gente vaya al escenario sin importar el rival, para que los dueños se fijen en esas actitudes y tomen en cuenta al aficionado”.
