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La rebatinga

No hagas cosas buenas...

ENRIQUE IRAZOQUI

En la madrugada del miércoles pasado la Cámara de Diputados Federal aprobó el presupuesto de egresos para el ejercicio del año 2010 por el orden de 3.176 billones de pesos. La cifra, por supuesto estratosférica puede no decir gran cosa para el lenguaje común de todos. Sin embargo, si se divide la cifra entre la población total mexicana, hablamos de un gasto anual de alrededor de 28,800 pesos por cada ser humano, incluidos bebés, niños, ancianos. La cantidad entonces empieza a tener dimensiones, y a desenmascarar la porquería que tenemos los mexicanos por Gobierno. Una familia mexicana en promedio debe rondar por 5 miembros, (es sólo a manera de ejemplo, la composición familiar mexicana se modifica en cada segmento económico, cultural y geográfico en el país). Esto significa a números muy gruesos que en teoría esta familia debería recibir servicios públicos por el orden de los doce mil pesos mensuales. Ya no hace falta seguir haciendo cuentas; existe un Gobierno lleno de burócratas despiadados que viven una condición ventajosa e inmoral respecto a la enorme mayoría de mexicanos que no tenemos la fortuna de estar conectados a la ubre gubernamental.

La sociedad mexicana es tan corta de memoria para fortuna de los políticos y para desgracia ciudadana, que todavía no pasan un par de semanas para digerir el bodrio injusto de la injusta Ley de Ingresos para 2010 donde el aumento de un punto al IVA, para llevarlo del 15 al 16%, y la elevación de la tasa del Impuesto Sobre la Renta del 28 al 30%, como los hechos más destacados entre otros que también fueron incluidos, cuando ya la atención mediática y política se centra en la repartición presupuestaria que meramente la hacen parecer un vil botín.

Hoy particularmente el gobernador de Durango a través de su estructura de Gobierno, realiza acciones para dar a conocer que la gestión legislativa orquestada por él le ha traído un presupuesto histórico para su entidad. No hay duda de ello, Durango recibirá el próximo año recursos extraordinarios principalmente en el rubro carretero, además de seguridad -que este tema para Durango mejor ni hablar, al gobernador no le importa o no puede- que mucho ayudarán a consolidar el plan trazado para dotar al estado duranguense de las vías de comunicación necesarias para sacarlo del parcial aislamiento que le propinó tanto su geografía como también la orografía estatal históricamente.

Así entonces los pasados días se vivió en el palacio de San Lázaro, sede de los diputados de la República, miles de cabildeos donde todo mundo tenía los dedos metidos tratando de jalar cada quien para su santo. Los rectores de las universidades públicas demostraron su poder arrancando proporcionalmente mejor tajada que la educación básica y media estatal. Otra vez la política se impuso sobre la lógica, qué delicado. En el caso local, se suscitó un enfrentamiento entre Ricardo Rebollo por el lado de Durango, versus los diputados coahuilenses Miguel Riquelme y Rubén Moreira por la partida destinada a la zona metropolitana de La Laguna. En un principio Rebollo horneaba la posibilidad de sacar mayores recursos aplicables para el lado de Durango de la Comarca, pero tanto Riquelme como Moreira (el próximo, no el actual) pusieron el grito en el cielo y la partida de más de trescientos millones, que hay que decirlo, es mayor a los 250 millones del año que termina, se repartirá salomónicamente en mitades. El colmo de esto es que Rebollo al ser parado en su intención válida de jalar más dinero para su feudo, se atrevió a decir que fue por la benevolencia de Ismael. A veces ya no hay medida ni pudor alguno en la política, este es un ejemplo.

La rebatinga fue al final como todos los años, y ahora esta legislatura ha sacado la chamba que le correspondía fundamentalmente para este periodo de sesiones y ya veremos cómo están prestos para largarse de vacaciones por ahí de mediados de diciembre. Mientras tanto, el tema urgente, el de la real reforma fiscal que le permita al país salir del letargo y el retraso, donde la carga sea equitativa para todos y no sólo algunos cuantos apoquinen, y donde se redefina el gasto hacia objetivos reales de compensación y prosperidad generalizada, tendrá que esperar al año entrante, si es que existen por ahí los líderes que en verdad quieran hacer algo por este México que cada vez se acerca más al abismo.

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