Un Minuto de Deporte
Lou Víctor Piniella, manager de los Cachorros de Chicago, ha tenido una vida digna de un guión cinematográfico. Si sus abuelos no hubieran emigrado de Asturias, España, a los Estados Unidos, Lou pudo haber sido torero o simplemente basquetbolista, pero su destino estaba marcado para ser una figura de las Grandes Ligas, primero como destacado pelotero y actualmente como uno de los managers más polémicos por sus arranques de enojo.
Lou nació el 28 de agosto de 1943 en la bella ciudad de Tampa, Florida. Su padre distribuía tabaco y dulces y su madre Margaret fue primero secretaria y luego estuvo encargada de una biblioteca. De pequeño creció al lado de sus abuelos, donde solamente se hablaba español, y fue hasta que lo matricularon en la escuela cuando empezó a dominar el inglés. Los fines de semana eran aprovechados por toda la familia para practicar algún deporte.
Sus padres y tíos tomaron con gran pasión el beisbol y habían ingresado en una liga amateur, así que a Lou le tocó primero ser el batboy. Mientras que el padre de Lou empezaba a destacar en el diamante, la madre no se quedaba atrás, mostrando sus facultades en un equipo de softbol. En 1956 Lou empezó a participar en la Liga Pony de Tampa, destacando por su bateo.
Ese año el equipo de Tampa fue a una gira a Ontario, Canadá, para participar en un campeonato. Estando ahí, Lou fue a una excursión al Monte Baldy, donde se accidentó al caer varios metros abajo y de milagro no se lesionó seriamente, resultando sólo con una fractura de rodilla. Recuperado se dedicó a practicar también el basquetbol, donde llegó a anotar hasta 34 puntos por partido.
Conforme iba creciendo su carácter iba tornándose más incontrolable, lo que le ocasionó serios problemas, pero sus progresos como basquetbolista y beisbolista continuaban. En 1962, al llegar a casa lo esperaba un buscador de los Indios de Cleveland, ofreciéndole un contrato para jugar beisbol profesional. Le ofrecían 25,500 dólares por firmar, lo que no despreció, pero su debut no llegaría aún.
En noviembre de 1962 fue contratado por los Senadores de Washington en clase B, donde se convirtió en el Novato del Año. Al final de la temporada fue llamado por fin al primer equipo, pero su debut fue nuevamente pospuesto por un accidente que tuvo en su brazo izquierdo al estrellarlo contra una puerta de vidrio. Posteriormente sería transferido a los Orioles de Baltimore. En 1967 casó con Anita García, reina de la belleza de Tampa. Su debut lo haría en 1968 con los Reales de Kansas City, donde volvió a ser el Novato del Año.
