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El currículum y los directivos escolares

Rolando Cruz García

Si entendemos al currículum como el proceso que se sigue para elegir los saberes que han de desarrollar los alumnos y con qué finalidades se buscan formar en los estudiantes, entonces el principal responsable de que dichas intencionalidades se cumplan es el directivo escolar; de ahí la importancia de contar con directores y encargados de áreas de administración académica con una formación curricular adecuada al nivel que corresponda. Lo lamentable es que un gran número de directivos, en el sistema educativo nacional, desconocen las bases científicas y procesales de la teoría y el desarrollo curricular.

Hablar del currículum oficial que en la actualidad se desarrolla en las escuelas, implica remontarse un poco en la historia, ya que el tema comienza a emerger como campo de conocimiento y de manera formal, a mediados del siglo XX. Distintos teóricos han elaborado premisas acerca del tema y las han defendido a partir del momento histórico que les tocó presenciar.

Si consideramos al siglo XX, como la era en la que más se ha impulsado el desarrollo científico y tecnológico, puede entenderse entonces la aparición de un enfoque racional del currículum, cuya tendencia se fundamenta en la aplicación de la ciencia y la teoría científica de la administración, que en el ámbito educativo ha permitido el desarrollo organizacional de las escuelas y sus respectivos planes y programas de estudio.

Nos sorprende que prevalezca aun el enfoque tecnicista que, dado el amplio desarrollo de la industria, sigue permeando gran parte de los currículos llamados técnicos o tecnológicos, que fundamentalmente buscan preparar para el trabajo y para la inserción de los estudiantes al sector laboral. En los momentos actuales se busca formar profesionales competentes. Por otro lado, existe el modelo experiencial, centrado en el que aprende, identificando a la escuela activa y del trabajo como fortalecedoras del cambio social. Se corresponde con escuelas humanistas y centradas en el desarrollo pleno y espontáneo de la persona. Una perspectiva crítica, sustentada en el análisis del control social que se ejerce sobre la sociedad a través del currículum (Davini, 1999) y donde destacan otras interpretaciones críticas a las concepciones de cómo debe ser un currículum y que fueron apareciendo en el devenir de los enfoques mencionados.

Hasta aquí se han mencionado únicamente cuatro enfoques que marcan serias diferencias en los puntos de vista que cada uno define y defiende; sin embargo existen otros muchos enfoques que se han desarrollado en nuestro país. El control existe y las ideas originales permanecen, hasta convertirse en documentos oficiales que llegan a los planteles escolares en forma de planes y programas de estudio; ahí es donde comienza el descontrol, el poder se desdibuja al momento de su aplicación. Esto es apreciable en la puesta en marcha de reformas y cambios educativos que, al menos en México, no han pasado de ser buenas intenciones. El proceso de desarrollo que ha seguido el currículum es muy parecido a lo que sucede en las organizaciones escolares, por lo que es necesario revisar los estilos de dirección ejercidos por los directivos en los planteles escolares y que están en plena consonancia con los mencionados enfoques del currículum. Existe una gran coincidencia entre el desarrollo tradicional del currículum y el avance histórico del concepto relativo al tipo de jefes y sus organizaciones escolares. Cuando aparece el concepto de currículum racional – científico - normativo (con la razón por delante), se vislumbra a un director clásico que se convierte en supervisor de tareas.

Cuando Dewey pregona su atención a la persona y se declara humanista, a la par surge el concepto de un jefe humanista cuyo interés reside en fomentar la relación interpersonal y en mejorar la atmósfera de trabajo; así en lo sucesivo, hasta llegar a un jefe de competitividad y globalización, quien reconoce que la máxima autoridad es la realidad, de la que hay que aprender. De esta manera se presenta el nuevo milenio, con intercambios tecnológicos y económicos acelerados que exigen la innovación de los centros escolares a partir del desarrollo de un currículum flexible. Pero, ¿qué hacen en la actualidad los directivos escolares con el currículum? ¿Lo administran, lo ejecutan o lo diseñan? Pueden revisarse las tareas que socialmente han sido asignadas al rol del director; el que ha tenido que “ponerse las pilas” para entrarle a esto de las escuelas de calidad, que anuncia la elaboración de un proyecto escolar en el afán de alcanzar unos estándares de calidad definidos por agentes no identificados. Olvídese al jefe clásico, que basa su actuación en la tradición de acceder al ascenso vía escalafón y con la idea firme de gozar de una descarga de trabajo ficticia, porque si analiza detenidamente su papel, este personaje se verá a sí mismo como un directivo sin capacitación especializada que sepulta su profesión para trabajar con niños y comienza empeñosamente el trabajo con adultos (Pozner, 1994; Tovar, 1989; SEP, 2002).Al intentar definir a los directivos escolares en la realidad, se observa que son sujetos socio-históricos con un cúmulo de nociones y creencias personales acerca de lo que significa educar; son personas designadas o autorizadas para patentizar un poder, teniendo que asumir la responsabilidad de organizar, operar y administrar un plantel educativo hacia una escuela de calidad; demostrar además que su autoridad ha de manifestarse como una capacidad moral ganada. Deberá ser líder en la gestión, buscando una mayor autonomía de la institución escolar; ser innovador, buscando una estructura jerárquica flexible y ser un amplio conocedor de los planes y programas de estudio. Esto último podrá ir perfilando la idea de lo que hace un directivo en relación con el currículum.

Todo lo anterior, implica la transformación no sólo de los centros escolares, sino también de los propios directivos en cuanto a las nuevas competencias que han de poner en práctica ante el desafío de coordinar una escuela autónoma aunque no aislada; esto exige necesariamente nuevos aprendizajes, además de otros que no solamente lo guiarán hacia el conocimiento y la ejecución de un currículum, sino a la consideración de convertirse en diseñadores de los nuevos currículos que se exigen en un mundo de globalización que desdibuja límites en los sistemas económicos, políticos y sociales.El director ha de conceptualizarse como un sujeto en constante aprendizaje y con una amplia apertura crítica hacia lo que aparece como criterios de verdad; en la actualidad el director no llega siquiera a administrar el currículum, sólo documentos administrativos que sostienen el control de un plantel y no de sus propios aprendizajes como unidad educativa fundamental. Agradezco sus comentarios a: [email protected]

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