¡SHOWTIME!
Después del inmenso gozo causado por la eliminación del “Equipo de América”, como se autobautizaron los Vaqueros de Dallas (el Pachuca intentó algo similar pero más chafa), sólo nos queda disfrutar del mejor platillo ofrecido por un deporte, al menos de este lado del mundo: los playoffs de la NFL.
Así como los brasileños y argentinos nos tienen conmiseración porque seguimos siendo un eterno proyecto de trascendencia futbolística y sólo hablan bien del futbol mexicano cuando se trata de vender entrenadores o jugadores. Lo malo es que no les falta razón, ya que en el soccer no hemos ganado nada de mérito (hablando de la Selección mayor); ahora es tiempo de sentir pena por los sudamericanos que no entienden ni papa de futbol americano y en esta época del año se pierden, sólo por ignorancia, de un fantástico show.
Claro, como es una costumbre muy mexicana saludamos con sombrero ajeno, es decir, disfrutamos de la postemporada de la NFL sólo como espectadores, no intervenimos en nada (gracias a Dios) pero le podemos presumir a nuestros sureños amigos del agradable momento de estar en casita (como dicen los cursis) lo más confortable posible y gozar a nuestras muy anchas de los siguientes fines de semana hasta la culminación, el primero de febrero, con el Super Tazón.
Es que todo se conjuga, normalmente hace friíto, por lo tanto el ambiente es más cálido, más couzy que dirían los gringos, confortable. Te pones tus pants favoritos (los que tu mujer intenta incinerar al menor descuido), tu sudadera de Pittsburgh (opcional, pero para los partidos de los Acereros obligatoria), desempolvas las pantuflas que alguien te regaló hace un buen tiempo. Obviamente pones a tu alcance todo tipo de vituallas (abundancia de comida y bebida), hay un ejemplo muy padre para la palabra vituallas en el Larousse Usual “dispusieron las vituallas necesarias para la travesía”. Si tomamos en cuenta que este sábado arrancamos a las tres y media de la tarde para culminar a las diez y media de la noche y el domingo iniciamos puntuales al medio día para cerrar los juegos de comodines por ahí de las siete de la tarde, oiga usted, sí es toda una travesía.
Hablando del Super Tazón XLIII que se jugará el primero de febrero en Tampa Bay, Florida, y de la salación que me persigue en cuanto a empalmarse con partidos de local del Santos, mi buen amigo Francisco Amparán, en una de sus colaboraciones para este mismo Siglo, me mandó sus condolencias y su solidaridad, ya que un servidor tenía que cubrir el juego de Santos Laguna cuando al mismo tiempo nuestros queridísimos Acereros le ganaban el super juego a los Halcones Marinos. Espero recibir un mensaje similar mi querido Pancho, ya que este primero de febrero Santos recibirá al ¡Puebla! Mientras que los Steelers tratarán de convertirse en el primer ganador de seis supertazones enfrentando a los Gigantes de Nueva York (al menos ese es mi pronóstico, ustedes hagan el suyo).
El sábado abren fuego Atlanta en Arizona e Indianápolis en San Diego, para el domingo Baltimore en Miami y Filadelfia en Minnesota, con excepción del Águilas-Vikingos, voy con los visitantes. Ni modo amigos Delfines, pero creo que los tenebrosos pájaros negros de Baltimore y su ominosa defensa serán demasiado para los milagrosos cetáceos.
A mis amigos no Acereros, si alguien se sintió ofendido por mis pronósticos, ni modo, eso sí, si me equivoco (nada raro) el agraviado estará en su derecho de hacer sorna de un servidor como mejor le plazca. Es un deporte rudo y hay que atenerse a las consecuencias. P.D. Feliz año y que el propósito sea no tener ninguno, a seguir sobreviviendo.
