Anoche el jefe de Gobierno capitalino Marcelo Ebrard, en compañía de su esposa Mariagna Pratss, inauguraron la pista de hielo ubicada en la plancha del Zócalo capitalino. (Notimex)
Le roban Montijo y Laguardia la fiesta a Marcelo Ebrard.
Entre rechiflas por la espera de más de cinco horas que provocó la grabación de un programa del “Canal de las Estrellas”, el jefe de Gobierno capitalino inauguró la pista de hielo en el Zócalo, acompañado por su esposa Mariagna Pratts.
Con un retraso de casi dos horas, ocasionado por la grabación de un programa especial navideño de la empresa Televisa, que utilizó como escenario la pista de hielo, Ebrard Casaubon lució como un invitado más de esa empresa y abrió la pista deseando feliz navidad a los miles de visitantes.
La inauguración estaba programada para las 19:00 horas pero fue hasta las 21:00 horas cuando se hizo, entre rechiflas de cansancio de quienes desde las 16:00 horas se formaron para asegurar lugar y estrenar la pista de hielo más grande del mundo.
Con fallas en el sonido que impedían disfrutar el espectáculo de los artistas invitados, y con enlaces desde el Monumento a la Revolución y la Alameda, inició la fiesta preparada por Ebrard Casaubon, que le fue robada por Galilea Montijo, Ernesto Laguardia y Morris.
Cuando todo hacía suponer que empezaría la inauguración, al momento de encender la iluminación de figuras navideñas como piñatas, esferas, estrellas y nochebuenas, la espera fue menos pesada por la amenización de los grupos musicales.
Cerca de las 21:00 horas fue cuando Ebrard, junto con su esposa, caminó sobre una alfombra roja hasta el centro de la pista de hielo que se iluminó con cohetes, y un grupo de patinadores ofreció un espectáculo.
A esa hora, la gente ya estaba desesperada por entrar luego de hacer una larga fila de más de cinco horas, mientras que los pocos afortunados que pudieron ocupar las gradas, cansados renegaban por la tardanza y el espectáculo de la televisora.
El Zócalo lució atiborrado de visitantes que nunca dejaron de llegar.
Expectación
Las calles del Centro se convirtieron en ‘ríos de gente’. Gente abrigada, contenta, asombrada, de todas las edades e iluminada por la Navidad adelantada del Zócalo.
A diferencia del año pasado, cuando se presentaron varios conflictos porque cientos de ciudadanos no pudieron acceder a la pista ni a las gradas, este año se apreció mejor orden, pero también hubo quienes no pudieron entrar.
Los hoteles, cuyas habitaciones tienen vista al Zócalo, lucieron llenos de familias, jóvenes y amigos que presenciaron, desde el balcón, la inauguración de la hielopista.
El Majestic, el Gran Hotel de la Ciudad de México y Holiday Inn rentaron sus cuartos desde los mil 200 hasta los 3 mil pesos y fueron reservados con al menos una semana anticipación.
“Pagamos casi 2 mil pesos, pero somos ocho. Logramos meter comida y bebida al cuarto y nos la estamos pasando muy bien, viendo a los patinadores profesionales”, comentó Sergio Araujo, residente de la Delegación Cuajimalpa.
