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Terrorismo

JAQUE MATE

Sergio Sarmiento

“Hoy más que nunca verán la acción de un

Estado decidido a enfrentarlos y vencerlos”.

Presidente Felipe Calderón

Como país parece que hemos llegado a la edad de los “nuncas”. Esto nunca había pasado en nuestro México, nos decimos constantemente, pero ahora está ocurriendo.

Hoy se trata de un atentado contra la población civil. Nunca antes habíamos visto esto en nuestro país, a pesar de que se ha vuelto cada vez más común en otros lugares del mundo. Hasta ahora los grupos terroristas, como el EPR, han atacado cuarteles de Policía o instalaciones de Pemex. Los narcotraficantes han ejecutado a policías o a rivales en sus guerras por territorio. Pero un atentado como el del 15 de septiembre por la noche en Morelia, en que se hicieron estallar granadas en medio de la población que asistía a la celebración del Grito de Independencia, es algo que nunca habíamos visto en México. “Técnicamente es un acto terrorista –dijo el gobernador de Michoacán, Leonel Godoy—. Sin duda es un acto terrorista”.

Este atentado tiene lugar en un estado gobernado por el PRD y del cual es originario un presidente panista. Este solo hecho debería ser suficiente para convencernos a los mexicanos de que estamos enfrentando un enemigo común. El propio presidente Calderón lo declaraba este 16 de septiembre: “En nombre de la República, demando a todos los mexicanos sin excepción, en esta hora crítica, la unidad que México necesita”. Pero no. Todavía este 15 de septiembre Andrés Manuel López Obrador, el dirigente que pudo haber sido la cabeza de una oposición leal, constructiva y de izquierda verdadera, ofrecía su propio Grito y sus ya habituales cuestionamientos a las instituciones de la República.

No parece haber información sobre cuál es el grupo que detonó esas dos granadas en Morelia la noche del 15 de septiembre y dejó, hasta el momento de escribir estas reflexiones, un saldo de ocho personas muertas y más de 50 heridas. Las especulaciones de inmediato se han enfocado hacia La Familia o alguna otra organización de narcotraficantes en Michoacán. Es fácil pensarlo. Mucha de la violencia en la entidad de los últimos años ha sido llevada a cabo por pandillas de narcotraficantes. Pero no es fácil saber qué beneficio podría obtener una organización de narcotraficantes en un ataque directo a la población civil.

Usualmente las agrupaciones criminales, especialmente las de narcotraficantes, que participan en un delito sin víctimas, han buscado y obtenido el apoyo de las poblaciones en las que operan. Los grandes capos de la Mafia italiana eran héroes en sus comunidades, por los servicios que proporcionaban y que el Gobierno era incapaz de dar. La misma situación se ha repetido en muchas comunidades mexicanas en las que operan grupos de narcotraficantes que muestran usualmente una gran generosidad con la población local.

Los atentados terroristas han sido tradicionalmente realizados por organizaciones políticas separatistas o anarquistas. Son quienes quieren mandar al diablo las instituciones en cualquier parte del mundo quienes han encontrado conveniente matar a civiles para cuestionar al Estado.

Por lo pronto, Michoacán se ha declarado en luto. Ayer, 16 de septiembre, el desfile militar se suspendió en Morelia, en tanto que las banderas ondearon a media asta en esa entidad. Pero el luto debió haber sido nacional, aun cuando no se suspendieran los desfiles militares de celebración por la Independencia. Las banderas mexicanas debieron haber ondeado a media asta desde Tijuana hasta Tuxtla Gutiérrez, para subrayar la tristeza y preocupación del país ante este atentado terrorista.

Los mexicanos no debemos simplemente dejar pasar este atentado, como tantas otras atrocidades que han ocurrido en nuestro país: como la primera vez que vimos ejecuciones en masa, incluso de familias completas, o como la primera vez que vimos rodar cabezas sin cuerpo. La integridad de nuestro país está más que nunca en juego. Si los grupos que perpetraron el atentado de Morelia no son encontrados y castigados, pronto empezarán a avanzar en su aparente propósito de prenderle fuego a nuestro México.

En otros países del mundo, en Estados Unidos y en España, en el Reino Unido y en Francia, los atentados terroristas han servido para unir a los pueblos: para recordarles que hay algo muy importante que obliga a todos los grupos sociales, a todos los grupos étnicos, a todos los partidos políticos, a unirse ante un enemigo común. Esperemos que ésa sea la consecuencia también de los atentados de Morelia. Éste sería el único homenaje que podríamos ofrecer los mexicanos a esos compatriotas muertos o heridos por las granadas de los terroristas. Estos mexicanos seguramente no militaban en ningún partido político. Su único pecado era querer festejar la Independencia de nuestra nación.

BURBUJA

La mayor quiebra en la historia de los Estados Unidos, la del banco de inversión Lehman Brothers, ha provocado un desplome en los mercados bursátiles del mundo. La burbuja en el mercado hipotecario en Estados Unidos que tanto nos dijeron los especialistas, de Alan Greenspan para abajo, no podía existir, nos ha demostrado una vez más que la fuerza de la gravedad se sigue ejerciendo sobre los mercados financieros. “Toda burbuja estalla”, dijo en una ocasión Margaret Thatcher. Mayor razón tuvo que Greenspan, que en octubre de 2006 dijo que el ajuste en el mercado hipotecario ya había terminado.

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