Tenga mucho cuidado con sus niños.
Nunca los mande a la escuela en ayunas.
No sólo le hará mal a su salud, sino que tendrán menos facilidades para aprender.
Muchos estudios se han hecho al respecto, a todos los niveles, y los resultados de los mismos arrojan que los estudiantes, de todas las edades, aprenden menos si están mal comidos.
Por ello en comunidades marginadas, es una gran obra el regalar desayunos, a niños de escasos recursos, que por la precaria situación de sus familias, llegan a la escuela con sus estomaguitos vacíos, y sin ganas de aprender, ni de nada.
Pero usted, que se afana porque haya lo necesario en su casa y sobre todo en su cocina, no cometa el gran error de enviar a sus hijos sin probar alimento a su escuela.
Es muy fácil para muchos padres de familia argumentar que los niños no tienen apetitito por la mañana o a cualquier hora, y no insisten ni buscan los medios de remediar esa actitud de los infantes, simplemente los dejan hacer sus caprichos.
Una madre, preocupada por la salud de sus hijos, estará siempre pendiente de que sus pequeños crezcan con bases firmes para el futuro, porque están conscientes de que las enfermedades aparecen, muchas veces, por una mala atención y una deficiente alimentación.
Es que no quiere comer, por más lucha que les hago.
Ésa es la expresión más común que se escucha en muchas partes.
Y tenemos que recordar nuestros años infantiles, cuando nuestros padres, pendientes de nuestro desarrollo, recurrían a la botellita que tenía pintado a un señor cargando un gran pescado, y aunque sabía muy feo el contenido, era uno de los muchos remedios a los que recurrían nuestros progenitores.
Hoy hay más avances, con gotitas que hacen milagros, pero lo importante es la preocupación que debe existir en todos los padres de familia para que sus hijos crezcan sanos, fuertes y aplicados en sus estudios.
