ASOCIACION DE PSIQUIATRIA Y SALUD MENTAL DE LA LAGUNA, A. C.
(PSILAC).
CAPÍTULO INTERESTATAL COAHUILA-DURANGO DE LA
ASOCIACION PSIQUIATRICA MEXICANA
(CUADRAGÉSIMA PARTE)
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCION CON HIPERACTIVIDAD (TDAH)
Nuestro programa de tratamiento entonces deberá ser enfocado a las siguientes áreas principales: definitivamente, nuestro primer objetivo fundamental consistirá en reducir y controlar esos tres síntomas básicos del TDAH que tanto se han mencionado; ello será posible gracias al uso de diferentes instrumentos que pueden ser de tipo farmacológico, psicológico, disciplinario o educativo, o de la combinación de todos ellos mediante una integración adecuada. Según el grado de hiperactividad, impulsividad y dificultades para la atención y concentración que presente el paciente, será también el tipo de combinación que se utilizará. En aquellos casos, en los que los síntomas realmente son terriblemente severos, al punto de poner en peligro la salud mental de la familia y el orden en el hogar con los padres y los hermanos, al igual que sucede en el ambiente escolar, en cuanto a la relación con sus padres y maestros, así como en lo que respecta a su funcionamiento escolar, el fármaco es la medida de primera elección para ayudarles. El tipo de fármacos que se han utilizado a través de los años desde aproximadamente la década de los cincuentas del siglo pasado, son los estimulantes del tipo del metilfenidato y la dextroanfetamina principalmente. Debido a los problemas adictivos y efectos secundarios graves que han sido reportados con el uso de las anfetaminas, éstas se han dejado de utilizar en nuestro país, e inclusive no se encuentran en el mercado, lo que deja como opción principal al metilfenidato.
Se trata de un estimulante que paradójicamente ayuda a disminuir casi como un efecto “milagroso” la hiperactividad y la impulsividad en los pacientes, ayudándoles a reorganizar y encauzar mejor ese torrente de energía exagerada y hasta caótica que presentan, de manera que sus acciones, sus actividades y conductas adquieren un mejor sentido y dirección. El medicamento ayuda además a que la atención y la concentración característicamente dispersas en ellos, se logren enfocar mejor hacia objetivos más fijos y definidos como puede ser el escuchar a los padres, a los maestros y a las demás personas de su entorno, así como a trabajar mejor en la lectura y en las tareas escolares, lo que obviamente facilitará su aprendizaje y mejorará en un alto porcentaje su rendimiento académico, generalmente atrasado. Tales efectos se logran gracias a que este fármaco aumenta la acción de ciertos neurotransmisores como son la dopamina y la norepinefrina en determinadas áreas del cerebro. El efecto suele ser inmediato y de varias horas de duración, lo que significa que el niño o el adolescente deberán tomar un par de dosis al día, la primera temprano en la mañana antes de irse a la escuela y la segunda por la tarde después de la comida, de modo que ambas dosis les faciliten y mejoren su funcionamiento tanto en la escuela, como en el hogar. Actualmente, se cuenta ya con un preparado de este fármaco que tiene una acción prolongada, y por lo mismo, sólo requiere de una dosis al día para obtener efectos similares.
Hay que aclarar sin embargo, que el metilfenidato no cura en forma alguna al TDAH, sino que simplemente se trata de un fármaco que gracias a su acción, controla en forma bastante importante los síntomas principales del paciente como se ha mencionado, lo que permite ayudarle tanto a él o a ella, como a sus padres, a su familia y a su ambiente hogareño al igual que al escolar. Precisamente, debido a que es un tratamiento de tipo sintomático, tendrá que ser utilizado a lo largo de períodos prolongados de tiempo, que pueden abarcar varios años. Sin embargo, en aquellos casos en que los síntomas no son demasiado severos, y la familia tiene cierto control sobre ellos, el medicamento puede dejar de utilizarse durante los fines de semana o las vacaciones escolares, períodos en los que la energía del paciente puede ser canalizada de diferentes maneras a través de otras medidas también importantes, tales como actividades físicas, juegos, deportes, etc. Es éste un punto importante en cuanto al uso de este fármaco, ya que desgraciadamente se tiende a popularizar la versión de que los niños o los adolescentes que lo usan se vuelven adictos a él, algo que nunca ha sido demostrado en los diferentes estudios a largo plazo que se han efectuado en centros de investigación serios e importantes de varios países en estos pacientes. Obviamente, el hecho que el sujeto pueda permanecer varios días sin el medicamento como se ha comentado, es una prueba de que no existe tal tipo de adicción, y que más bien se trata de comentarios falsos y mal intencionados en contra del uso de psicofármacos y especialmente de éste (Continuará).
