Centro de Desarrollo para Personas Ciegas y de Visión Baja
(PRIMERA PARTE)
Te comparto otras experiencias y aprendizajes sobre la educación de Manolo, hoy de ocho años, que día a día enriquecen nuestras vidas, y estoy segura que la de las personas que le rodean también. Su diagnóstico inicial fue de ceguera; por lo mismo siempre se le educó desde este punto. Siempre tomamos el reto de entrenarlo visualmente desde bebé, ya que veíamos cómo cerraba los ojos con la luz del sol; y hoy con una educación integral en Ver Contigo, su escuela y en casa, su tratamiento es de visión baja desde los cinco años. Aquí es cuando su calidad de visión mejora. Iniciamos a darle toda la información “visual” que no tenía, ya que su cerebro lo requería para crear una memoria “visual”, por medio de juegos sensoriomotores. Sin embargo, aunque nos sentíamos acompañados por familiares y amigos, además de apoyarnos en información que habíamos reunido sobre ceguera, al tener a Manolo en brazos cuando le dábamos biberón o al contarle un cuento al dormir, fue que mi esposo y yo nos empezamos a cuestionar sobre qué le responderíamos cuando empezara a preguntar... y cuándo será el día en que Manolo conozca su realidad, que no “ve” de manera normalizada como la mayoría de la gente. Nuestro miedo era mucho y poco a poco nos preparamos y le fuimos creando una conciencia de su realidad incluso mucho antes de que él preguntara. Él creció pensando que todos veían igual, ya que no hacíamos alusión a una diferencia, sólo empezamos a agregar en su diario vivir unas palabras mágicas como, “mira Manolo, ve el carro o el cuento (relieve) con las manos”. Hasta hace poco Manolo pensaba que todos veían igual, él no sentía diferencias. Estas frases que hemos ido incorporado de acuerdo a su entendimiento le van haciendo ver poco a poco una realidad, no nefasta ni deprimente, sino como algo natural, que ya existe, como existen otras diferencias tanto físicas como de carácter en todas las personas del mundo de la diversidad. Al aumentar su conciencia le vamos incorporando otras indicaciones apoyadas por los profesionales de Ver Contigo como, “tienes que acercarte más”, “recuerda que tienes que rastrear cuando se empieza a hacer de noche”, (mover los pies y las manos para tocar y sentir algún objeto con cuidado y saber por dónde caminar, para no pegarse, caer o tropezar). Aquí logra tener más conciencia cuando otros niños sieguen jugando en un parque y él se tiene que mover con más cautela, o cuando sus compañeros de manera natural le preguntan “¿Manolo quién soy?”, y él les reconoce sólo por la voz. También cuando sus hermanos dicen “miren qué estrella tan grande”, y él volteando su cabeza, pregunta “¿cómo son las estrellas, mamá?”. Cuando a él solo se le habla de la belleza del alma o del corazón, y para crearse una imagen de una persona se tiene que acercar mucho a ellas para percibir la forma de su cara, tocarla para ponerle atención. También cuando a él le toman de la mano para caminar por lugares difíciles indicándole cuántos escalones tendrá que bajar y otros simplemente bajan.
He querido empezar por compartirte estas experiencias para mostrarte que si tú conoces más acerca de la discapacidad visual como de cualquier otra, podrás contribuir a que esa personita supere día a día todos los obstáculos y limitaciones que se le interpongan, de una manera natural, con seguridad y sobre todo con pleno conocimiento de su limitación y de todas las herramientas que necesita para salir adelante. Esa personita crecerá y si necesitara ayuda te la pedirá, pero te sorprenderás al ver que la mayoría de las cosas las realizará por sí solo y que será gracias a todo el apoyo tanto emocional, educativo y en muchos casos económico que mucha gente le puede dar desde bebé.
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