El primero de los niños fue sacado de la vivienda a las 6:10 de la tarde para llevarlo al Semefo.
Saltillo, Coah.- Trató de quitarles la vida, y en el intento privó de ese derecho a sus hijos; de este modo, y quizás sin medir bien las consecuencias, una joven madre tomó una drástica decisión que, de sobrevivir, pasará toda su vida padeciendo las consecuencias.
Muerte con olor a gas
La tarde de ayer a las 14:13 horas un reporte al Servicio de Emergencias, solicitaba ayuda en la esquina marcada con el 1074 de las calles Alfalfa y bulevard Eulalio Gutiérrez, de donde emanaba un fuerte gas.
Alejandro Cid de León volvió a llamar para decir que en el interior de dicha casa se encontraban tres niños y su madre intoxicados.
Al lugar llegaron el Cuerpo de Bomberos y Parámedicos de la Cruz Roja, quienes se dieron cuenta que en el lugar se encontraban los cuerpos sin vida de los tres menores, mientras que la mujer que yacía junto a ellos Mónica Fabiola Amaya Aguillón de 25 años, se encontraba aún con signos vitales, aunque en estado delicado, por lo que fue trasladada de inmemdiato al Hospital Universitario a bordo de una Unidad de la Benémerita Institución.
Mientras tanto, los menores fallecidos fueron identificados como Javier Roberto de 5 años, Carlos Francisco de 6 años, estos dos, productos de un primer matrimonio con Carlos Rentería Zuñiga. Con ellos también dejó de existir su medio hermano, un bebé de tan sólo 3 semanas de nacido cuyo padre es Alejandro Cid de León, actual pareja sentimental de la dama.
Nada le funcionó
Los elementos de la Estación de Bomberos Poniente se encargaron de controlar las emanaciones de gas butano, las cuales provenían de tres calentadores y de la estufa, los cuales fueron dejados abiertos de manera deliberada por la madre de los pequeños.
Durante su traslado los paramédicos comprobaron que la mujer, además de la intoxicación que presentaba debido al gas, también presentaba heridas cortantes en la muñeca izquierda, además de haber ingerido varias pastillas, e inyectarse con una sustancia aún desconocida con la que se proponía acelerar su deceso.
Poco después arribó el personal de Servicios Periciales, al mando del Coordinador de la Cuarta Agencia de Homicidios de la PGJEC, José Antonio Herrera, los cuales dijeron que en el domicilio encontraron una navaja de rasurar, manchas de sangre y pastillas, con lo que corroboraron los datos arrojados por la Cruz Roja.
Depresión y dudas
Luego de rendir declaraciones a los medios José Herrera, Coordinador de Homicidios, declaró que Mónica Amaya presentaba problemas psicológicos que al parecer tenían matices depresivos, además aunó como una posible causa del intento del suicido, que ella tenía serios problemas ecónomicos ya que presuntamente debía la cantidad de 100 mil pesos, la casa en la que vive es rentada y ese día la propietaria de la casa iba a ir a cobrarle la renta.
Elementos de la Policía Ministerial se llevaron a comparecer ante las autoridades correspondientes a la actual pareja sentimental de la transtornada mujer, así como a su ex marido, con el fin de recabar más información al respecto.
La mujer dejó un pequeño recado póstumo con fecha del 20 de noviembre donde pedía de favor que bautizaran a dos de sus hijos, y que los enterraran en el mismo lugar, así como que Dios los bendijera, y que la perdonaran a ella por lo que había hecho, agregando sentir que era lo mejor para todos, sin embargo, aún no hay quien explique tan drástica decisión.
